diumenge, 4 de març del 2012

Simplemente: Dejarse llevar.

¿Para qué negarlo? Nos gustan las cosas difíciles, las improbables, las que son prácticamente imposibles de conseguir, las que nos hacen daño, las que nos hacen pensar, las que nos hacen alejarnos de nuestras vidas y nos tienen preocupados. Cuando vemos que la posibilidad de que ocurran es menor, actuamos con más fuerza, le ponemos más empeño, más ilusión. Es algo irónico, porque la mayoria de veces esa fuerza para lo único que nos sirve es para que la ostia contra el suelo sea más fuerte. Pero incluso cuando caemos, nos levantamos para recorrer el mismo camino pensando que el error ha sido tuyo; pero quizás sea mucho más simple que eso, quizás ese camino no esté hecho para ti. ¿Para qué complicarnos tanto la vida? Si ese no es el camino, ¡buscamos otro y seguimos adelante! 
Tenemos el defecto de convertir las cosas fáciles en difíciles..., las cosas no son siempre tan complicadas; simplemente hay que mirar más allá de lo que al principio creemos ver. 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada