dissabte, 29 de setembre del 2012

Sara Blanco.



"A mí me gusta que las cosas surjan, que fluya la improvisación por todos los poros del cuerpo, deja que te mire, y que no sepa cómo escaparme del mundo. Prefiero no decírtelo y hacértelo. Prefiero ponerte que vestirte. A mí no me preguntes sobre mis intenciones cuando hablamos de tu cuerpo. Y no me culpes de que las cosas se nos vayan de las manos, cuando lo único que quiero es que lleguemos a las manos. Y perdona por la redundancia, pero no puedo pensar en otra cosa que no sea besarte. La culpa es de tus labios que no paran de mirarme. Solo quiero que hagamos de esto lo mejor que haya visto nadie.

Perdóname si no sé quererte a medias la culpa no es de una cuando solo enamoras. Y lo sé, vamos a acabar con más códigos que la policía secreta. Pero de protocolos y de normas dejé de entender hace tiempo. Nadie tiene el derecho a enamorarse si no está dispuesto a romper cada uno de sus yo jamás en la vida. Y yo jamás en la vida pensé que me engañarían tanto, como para creer en que siempre podría tener un bonito significado"











divendres, 28 de setembre del 2012

Llega cuando menos lo esperas.

Hacía relativamente poco que nos conocíamos. Poco para los que creen que sólo se puede confiar en alguien con un mínimo de un par de meses, o más; y mucha para los que creen que en una sola noche puedes conocer bien a una persona. Pero era fácil sentirle, era fácil creer en aquellos ojos que me decían tanto, y en aquella sonrisa que era imposible de describir con palabras. No suele pasarme muchas veces, o casi nunca, pero cuando me dijo su nombre no puede evitar quitármelo de la cabeza en días. Con lo difícil que era que alguien conseguiera ganarme y más aún en pocos días, pero así fue, lo hizo y yo me dejé. Quizás fue porque hacia mucho que no me decían cosas tan bonitas, o, porque simplemente, necesitaba sentirme querida por alguien. Pero llegó él, con su "vivo lejos, pero podemos superar cualquier distancia", con sus "te echo de menos" que me hacen llorar, y con sus "¿te vas ya? quédate un poco más, anda" que siempre me sacan una sonrisa.





dijous, 27 de setembre del 2012

Todos tenemos dos grandes amores.

Dicen que a lo largo de nuestra vida, tenemos dos grandes amores. Uno, con el que te casas, convives día a día, con el que tienes hijos, y con el que intentarás pasar el resto de tu vida. Esa persona con la que consigues la compenetración necesaria para estar toda la vida con él, sin cansarte ni dudar en ningún momento. 
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perdiste, pero que, en realidad nunca se ha ido. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, llegar a un final feliz. Hasta que cierto día, dejaréiss de intentarlo. Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabarás conociendo. 
Pero, por muy duro que parezca, os aseguro que no pasaréis ni una sola noche sin acordaros de esa persona, sin querer volver a tener hasta una discusión más. Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estáis leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza. 
Os libraréis de esa persona, dejaréis de sufrir. Pero os aseguro que no pasará un día en que no deseéis que estuviera ahí, a vuestro lado. Porque, a veces, se gasta más energia discutiendo con alguien a quien quieres, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias. 

dilluns, 24 de setembre del 2012

Lo único imposible, es no sonreír cuando estoy contigo.

Querernos está pasado de fecha, de lugar, de espacio y de cama. Hoy tenía la necesidad de dar el final que siempre rechazamos. No pediré la cuenta de cuánto ha costado dejarnos de querer, de cuánto ha costado vernos sin mirarnos. No te voy a decir nadaa que no nos hayamos dicho ya. Las cosas no han cambiado, ni cambiarán. Tú conseguiste ser un completo idiota, y yo al fin acabé siendo cenizas. Me voy de nuestra historia en solitario. Y, descuida, que no contaré que nuestra guerra, fue una causa perdida. 


Saliste de la nada, y yo me pregunto... ¿por qué no apareciste antes?

Tengo miedo de quererte, y después perderte. De ese posible adiós, que de repente desaparezcas, de que te canses de esto, de agobiarte, de no ser lo suficientemente buena para ti. Tengo miedo a depender de ti, estando tan lejos de mí. 
No te pido gran cosa, solo que estés a mi lado, pase lo que pase. Prometo cuidarte y escucharte siempre que lo necesites. Prometo estar ahí, prometo ser sincera, no mentirte, no esconderte nada. Prometo hacerte feliz, como ninguna lo ha hecho antes. 


dissabte, 22 de setembre del 2012

"¿Y tú mejor amiga?"

- ¿Y tu mejor amiga?
- Conoció a más gente. 

Y eso, amiga, es lo que nos ha pasado. ¿Dónde han quedado esos tiempos en que la única que se preocupaba por ti, y la única que se interesaba en entenderte era yo? Esos tiempos, no han cambiado. Eres tú quien lo ha hecho.
Te estás equivocando en cada paso que das, pero tú no quieres verlo. Y cuando te quieras dar cuenta, ya será tarde. Esa gente que hoy te promete amistad eterna, es la misma que cuando te giras, ya te la están clavando. Esa persona que hoy te quiere mucho, solo quiere separarnos. Abre los ojos, por favor, aquí la mala de la película no soy yo.
No te das cuenta, que aquí, somos pocos los que nos preocupamos por ti, y tú no te puedes dar cuenta. Piensa en una guitarra. ¿Qué te viene a la cabeza? Un chico, alto, con gafas. ¿Dónde está? ¿No lo ves? Claro, porque tú ya no estás. Porque tú ya no quieres estar. Pero él sigue estando. Él sigue dispuesto a ayudarte cuando estés mal, o cuando tengas problemas. Como yo. Como ella. Sí, ella. Esa chica rubia, tan bonita. Esa chica que "complejo" no está en su diccionario. Esa chica que, aunque no te lo creas, te quiere. Como el chico de la guitarra, o como yo.
Porque es así, te queremos. Aunque cambies, aunque no sepas ver las cosas importantes, aunque vayas con gente que no te sabe valorar. A pesar de todo, te quiero. Y lo sabes.

dimecres, 19 de setembre del 2012

Never let you go.

¿Dónde se han ido esos tiempos? Cariño, esto no puede ser, ¿dónde están los planes que hicimos para los dos? Y sé que es duro recordar las personas que éramos, pero te aseguro que es más difíl todavía imaginarme que ya no estás aquí. Dices que es no demasiado tarde para rehacerlo, pero ya es tarde para volver atrás. Y esque en nuestros días juntos, que tú despreciaste, todos los puentes se han quemado. He desperdiciado mil noches. Ahora estoy paralizada, sigo estancada, no puedo avanzar, pero tampoco quiero retroceder. Cuando lo llamábamos amor, incluso la lluvia me parecía formar parte del paraíso. Si lo de "felices para siempre" fuera de verdad, todavía estaría abrazándote. Ahora me doy cuenta, que todos esos cuentos de hadas están llenos de mierda. Y te juro que si escucho una puta canción más de amor, me pondré mala. Le diste la espalda al mañana porque te olvidaste del ayer. Te di prestado mi amor pero tú simplemente, lo tiraste. No esperes que sea una chica correcta contigo, no te lo mereces. Yo no espero que te importe cómo actue contigo.
Cariño, no me cuelgues ahora. Así podré decirte lo que quieres oír. Cariño, te suplico que, por favor, no te vayas. Nunca.

dilluns, 17 de setembre del 2012

¿Cómo se puede explicar algo, que ni uno mismo puede entender?

- Presentarse aquí con algo tan personal, sin conocerte de nada, sin haberte visto nunca, sin saber tu nombre... esto no me gusta -habló serio su amigo. No parecía contento, pero tampoco enfadado; en esos momentos, su rostro era indescibrable. Hablaba con seguridad, pero en el fondo, se notaba que le estaba costando hablar de un tema tan delicado.
Pero, en realidad, el tema era de todo menos delicado. ¿Qué había de delicado en la historia de una chica, que conoce a un chico, que la enamora incluso con sus defectos, y después descubre que él ya sabía quién era? Y esque, la verdad, a ella no le dolió que tuviera esa fotografia suya. Le dolió que no se lo contara nunca. Que fuera cobarde, porque, al fin y al cabo, es loque fue, es lo que más le dolió.
- Pues yo creo que el destino quiso que encontrara esa foto, todo pasa por algo -volvió a hablar su amiga. Tan dulce, tan enamorada de la vida, tan inocente.
"Después de la tormenta, siempre sale el Sol"



dissabte, 15 de setembre del 2012

Ya no existe la inocencia.

Y, hoy, me estoy dejando llevar por lo que me gusta, por esas personas, que para muchos son gentuza y malas influencias, peor al fin y al cabo me entienden y me sacan una sonrisa diara mínimo. Pierdo la noción del tiempo, de la nostalgia, la distancia, de todo lo que me duele. Intento ver el lado positivo de todo, y aunque yo no duela, sí inspira. Porque todo ha camiado, ha dado un giro y este giro me ha hecho ver las cosas de diferente forma.
Las buenas compañías no son las misma, el amor es diferente y el mío se miede en quilómetros y no en besos, y las sonrisas ya no salen por las mismas personas. 
Humo por la habitación. Monstruos, máscaras por todas partes. ¿Dónde quedan todas esas personas que un día me prometieron estar siempre? 
Que las princesas ya no pierden los zapatos y las coronas en los bailes, pierden las formas y las maneras con varios hombres. De punta en blanco, con zapatos de charol espera una mujer en su casa, mientras en el bar de abajo su marido preocupado por el futbol. 
Hoy los niños ya no se portan bien para que los Reyes Magos no les traigán carbón. Ya no sueñan. Y yo, a su edad, todavía soñaba. Soñaba con mi príncipe morado, sí, morado, el príncipe azul nunce me gustó. Soñaba con vivir en una casa grande cerca del mar. Hoy sólo quiero tenerte aquí a mi lado. 


divendres, 14 de setembre del 2012

¿Quiero ver el mundo? ¡Mira! Está debajo de mis pies.

Pequeño mundo, soy más fuerte que tú. Me han apuñalado por la espalda y me he desangrado de dolor por personas que creí que estarían en mi vida para siempre. Pero, ¿sabes una cosa? Sigo viva, y más fuerte que nunca, con ganas de luchar por lo quiero, con ganas de demostrarte que valgo mucha más de lo que todos pueden pensar, más de lo que todos se pueden imaginar. No necesito nada de nadie, porque con el tiempo he aprendido que si quiero una mano que me ayude, la tengo al final de mi brazo. Hoy tengo ganas de comerte, mundo. 





dijous, 13 de setembre del 2012

La cuestión es que me hace sentir viva en medio de un camino hacia una muerte lenta.

La misma rutina de cada día, la misma gente, los mismos lugares y de un día para otro llega él. 
¿Quién es él y por qué no deja de mirarme? 
¿Qué tiene él que no haya encontrado en ningún otro? 
Sinceramente, no sé contestar a eso. Supongo que será la forma en que me trate, todo lo que dice que otro no se atrevieron o supieron decir. Su forma de estar lejos, y hacer que le extrañe tanto. Su forma de ponerme nerviosa solo cuando veo que me está hablando. Su forma de ser él, y hacer que le quiera tal cual es. 


Quererte como se debe querer.

¿Sabes qué es lo que más me jode de todo esto? Que no te tengo aquí. Y las cosas... se demuestran de cerca. De eso se trata el cariño, de demostrarlo de cerca, porque los besos con distancia no se dan, y los abrazos con obstáculos por delante, no son abrazos. Lo mejor es cuando no existe nada que se interponga, cuando por delante solo hay aire, que poco a poco desaparece. Cuando tiees un objetivo fijo, lo agarras y no lo sueltas por mucho que pueda pasar. Y yo me dedico a buscarte. A tenerte a dos centímetros de mi cara, que es lo que necesito. ¿Qué me beses y desaparezca toda esta mierda? Es lo que más quiero. Quererte de cerca, y quererte de verdad.


Estoy cansada de echarte de menos.

Dime que me echas de menos, que no tengo por qué ponerme celosa de ninguna otra, que no hay nadie mejor que yo para ti, que estoy guapa hasta cuando lloro. Dime que tú sí te pones celoso cuando ves que hablo con otro, que te encanta que tenga una sonrisa que solo utilizo si estás tú. Dime que mi boca es la más bonita y la única que no quieres dejar de besar. Dime que te importa que ahora mismo esté llorando, que te gustaría estar aquí para consolarme. Dime que tienes las misma ganas de que yo de abrazarme y que te mire con cara de niña buena, aunque sepas que no lo soy. Dime, por favor, que te da pena vivir tan lejos de mí, que me necesitas. Dime que te encanta cuando me pongo roja después de que me digas alguna de tus barbaridades. Dime que tus amigos se han aprendido cada detalle de mí, porque tú no dejas de hablarles de lo increible que te parezco. Dime que hoy, mañana, y hasta que me canse de oirlo, que te encanta mi risa. Dime que estoy loca, cuando te digo que me voy donde sea necesario ir, si es por ti. Dime que te encanto cuando digo que por ti, lo dejo todo y a todos. Dime que tu cama será nuestro refugio los días que llueva, haga mucho Sol, o haga frio. Dime que jamás me querrás dejar de mirar cuando duermo. Dime que nunca, nunca vas a dejar de hacer el tonto para que me ría cuando estoy triste. Dime que estoy muy guapa, si me enfado por tonterias. Dime que eres tonto, si me enfado mucho. Dime que te doy miedo cuando pongo caras raras, pero que siempre terminas riendo. Dime, no, repite mil veces que soy tuya. Tuya. Dime que tu camiseta, esa que menos te gusta, se convierte en tu favorita si la llevo puesta yo. Dime que, aunque no me veas cada día, me esperarás, porque... me quieres.

"Sé que no puedo bajarte un estrella, pero sí sé que puedo tratarte como a una de ellas"

A lo lejos, se podían ver las luces de ese viejo coche rojo que siempre tanto has mimado, de ese que tantas veces hemos conseguido hacerlo nuestro, alejarnos de todo. Se escuchó el silencio tras girar la llave para apagar el motor. Nos habíamos detenido en medio de ninguna parte, como tantas otras veces, pero esta vez,  bajo la calma de un cielo completamente estrellado que parecía pedirme a gritos formar parte de las mejores vistias que han visto nunca mis ojos. Miré hacia el cielo y me sentí insignificante, pequeña. Seguidamente te miré a ti, y sentí todo lo contrario. Era grande, inmensamente grande sólo porque estaba ahí, contigo. Con la persona que es capaz de hacer de mí lo que quiera, y decida hacerme sonreír. Y entonces sonreíste. Y las estrellas, dejaron de brillar, o al menos para mí. El cielo se volvió menos bonito, y no pude evitar pensar la suerte que tenía de habernos encontrado. Y es que, amor, sonreías y eclipsabas todo lo que nos rodeaba. Ninguna de esas estrellas que nos sobrevolaban era capaz de igualar el brillo de esa sonrisa que tienes, ni siquiera se acercaban. Me cogiste de la mano guiándome hasta tu regazo, bésandome la frente. Sonreí. ¿Cómo no iba a hacerlo? Comencé a señalarte todas esas constelaciones de las que, por algún motivo, nunca logré aprenderme el nombre. Y me callaste, robándome un beso. 
- Preciosa, no quiero que mires al cielo aún, mírame sólo a mí hasta que te lo diga.
No hacia falta que me lo pidieses, me quedé embobada y perdida en tus ojos marrones, por digésima vez. Nos sentamos en el capó de nuestro compañero de viaje y nos miramos sin decir nada. Comenzó a caer el cielo, literalmente. Esas estrellas que nos habían estado observando cruzaban el cielo a gran velocidad, como si fuera una carrera. Me susurraste al oído "Una lluvia de estrellas. Es lo único que se aproxima a tu belleza". Pude morir de amor en ese momento, pero preferí aprovecharlo.




dimecres, 12 de setembre del 2012

Que ya no tengo miedo, no contigo aquí.

- Te quiero -habló con seguridad, mirándola a los ojos, mientras sus manos sonstenían las suyas, que temblaban por las bajas temperaturas que hacía aquel día. 
Pero ella, como siempre, solo sonreía. Nunca contestaba. Nunca decía "yo también te quiero", o un doloroso y simple "gracias". Se limitaba a sonreír y apartar la mirada. La verdad, nunca le gustó decir te quiero. 
- ¿Por qué nunca me dices que me quieres? -quiso saber él, sin dejar de mostrar esa gran seguridad en sus ojos.
- Porque... -hizo una pausa para pensar. Pero no necesitaba pensarlo. 
Él la miró, esperando una respuesta que parecía no llegar nunca. Le apretó sin demasiada fuerza las manos, para que despertara de su estado de "shock", para que volviera ahí, con él. Para que le contestara lo que llevaba demasiado tiempo queriendo saber. 
- Porque tengo miedo de decirte que te quiero, y que me preguntes el por qué. Y que yo no sepa contestarte. Que no me salgan las palabras que llevo preparándome para este "discurso" desde hace tanto tiempo. De quedarme sin voz por los nervios, y de parecer tonta.  
- ¿Y por qué no lo intentas ahora? -preguntó, sereno. Pero, en realidad, se moría de ganas de comérsela. Era tan dulce, tan tierna. Tan todo. Tan perfecta para él. Y, sobretodo, tan suya. 
- ¿Prometes no reirte de mí si me quedo callada, si me pongo tan nerviosa que las palabras me salen atropelladas de la boca, o si hablo tan rápido que no conseguies ni entenderme? 
- Lo prometo -le habría gustado añadir a esa frase un "pequeña" o un "princesa", pero sabia que no debía. Que eso solo la pondría más nerviosa. 
Ella, que creía que ocultaba tan bien sus nervios cuando estaban juntos. Él, que nunca se le pasaba por alto cómo temblaban sus piernas cuando le llamaba con nombres cariñosos, o simplemente, cuando la miraba y sonreía. 
- Pues, te quiero porque... porque eres tú -apartó la vista de él, y suspiró. Volvió a mirarle a los ojos después de haberse calmado un poco-. Te quiero, simplemente por ese único motivo, que viene provocado por muchos más. Te quiero por cómo sólo tú eres capaz de mirarme, sin ganas de quitarme constantemente la ropa. Que sé que tú no me ves como la tipica chica fácil, no. Que para ti soy algo más, mucho más. Igual que tú para mí. Te quiero porque tú, eres el único que puede hacerme reír cuando he tocado fondo. Te quiero, porque te echo de menos hasta cuando nos despedimos. Te quiero, porque me pones de los nervios con tus sonrisas irónicas, tus sonrisas encantadoras. Te quiero, porque eres la persona más importante en mi vida, por encima de mí. Te quiero, porque puedes elegir a cualquier chica, y aún así, me eliges a mí. Y te quiero, porque... joder, porque sí. ¿No te ha quedado ya bastante claro? ¿No? Pues te lo repito. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Y ahora, te lo voy a repetir siemper que me lo pidas, porque ya no tengo miedo a nada. No, si tú estás conmigo. 

No sueñes imposibles, no sirven para nada.

¿Os imagináis un mundo dónde todos tuvieramos una varita mágica, para que la persona que más queremos no se vaya nunca? ¿No? Yo tampoco puedo imaginarlo. Ni soñarlo, porque sería soñar algo imposible. No tenemos ese don, ni esa magia, ni esa capacidad de soñar este tipo de cosas y creérnoslas. No podemos, es lógicamente imposible, no podemos tener una varita mágica para que la persona que más queremos, ya no me refiero a una pareja, si no a un padre, una madre, un abuelo, no se vaya nunca. No nos podemos permitir ni soñarlo. En cambio, sí que podemos soñar con hacer grandes planes, grandes cosas. Podemos soñar con acabar estudiar una carrera en la universidad, y terminar trabajando en un buen lugar. Vivir con tu familia en una casa bonita, tener un coche caro. Sí, ¿por qué no? Si te lo ganas, no hay ningún problema.
El caso, es que por este tipo de sueños sí merece la pena darlo todo. Merece la pena luchar por tus sueños, porque son creibles, no son imposibles. Pero cuestan. Siempre cuestan. 
¿Sabes una cosa? Las mejores cosas, cuestan. 

dimarts, 11 de setembre del 2012

¿Siempre? Siempre.

- Prometí quererte siempre, ¿recuerdas? -dijo la anciana, tumaba en la cama.
- El amor no muere. Al menos, no el nuestro -respondió él, con una leve sonrisa en la cara. Le resultaba muy difícil sonreír en ese momento. 
Él, sacó una fotografia de su pantalón.
- Nuestra primera cita. 
- Exacto. ¿Recuerdas lo que me dijiste aquella vez? 
- Si el hilo se rompe, se le hace un nudo. 
- Así es -rió ella-. ¿Tú crees que podremos querernos siempre?
- Estoy seguro de que podremos querernos siempre. 
Ella cerró los ojos y soltó su mano.
- Encúentrame en la otra vida -pidió ella.
- Buscaré por ti en todas las que nos vienen, lo prometo. 

Planear algo es sinónimo de que todo saldrá al revés

En la vida, hay momentos buenos, malos alegres, tristes, que pasan deprisa, despacio, que merece la pena recordar, que nos gustaría olvidar,... Pero sobretodo, hay un momento que lo contiene todo, en ocasiones alegria, en otras tristeza, a veces queremos olvidarlo, y otras veces nos gustaría revivirlo una y otra vez, sin fin. Todos tenemos uno de esos momentos en nuestra vida. 
¿Sabes cuál es el mio?
El día que te conocí. 


divendres, 7 de setembre del 2012

El ser humano, no es más que esto.

Celos. Ilusión. Cariño. Odios. Admiración. Miedo. Amor. 
Si algo tiene el ser humano es que se mueve por instintos, por impulsos. Cuando un sentimiento despierta en nuestro interior ya no somos los dueños de nuestras acciones. Podemos llegar a rozar la locura e incluso a sacar a la luz lados de nosotros mismos que ni siquiera conocíamos. La viva imagen de nuestras acciones emociones, eso es lo que somos. Cada sentimiento nos da forma, forja nuestra actitud y nuestro temores, justifica nuestro movimientos y da vida a nuestras ilusiones. Nos mueve, nos impulsa para seguir adelante, para alcanzar nuestro sueños y nos impide mirar atrás, lamentar el pasado. 
Nos obliga a desear el futuro. 


"Aquellos maravillosos ojos."

Me armé de valor y pronuncié su nombre. Mi voz flaqueaba pero mi intención se mostraba fuerte e intacta. Intenté mostrar la mejor de mis sonrisas y que ningún silencio incómodo se levantara entre nosotros. Cada segundo me parecía una enternidad y luchaba por no desmoronarme, me obligaba a no salir huyendo. Me resultaba tan difícil, tan complicado. Me repetía a mí misma que estaba hecha de hierro y que no era momento de fundirme. Le miré a los ojos. 
Aquellos maravillosos ojos. 
Y mi voz, escapó de mi boca, dejandome sin habla durante el resto de la noche. 


dijous, 6 de setembre del 2012

Que nuestra respiración se ponga de acuerdo para ir a la vez, en una perfecta simfonia.

Quiero llamarte por la tarde y preguntarte si tienes planes, que me digas que no, que podemos hacer lo que yo quiera. Después de discutirlo mil veces, que acabemos en mi casa viendo una película cualquiera. Qué más da el título. Pasarno sla tarde tirados en el sofá. Un sofá sin cojines, para que lo único a lo que puedas abrazar sea a mí. Que comamos palomitas, allí tumbados, mientras nos contamos mil secretos. Que me aprietes muy fuerte junto a ti, como si te diera miedo que me pudiera escapar. Quiero que te quedes dormido encima mio, mietras te acaricie el pelo. Que nuestra respiración se ponga de acuerdo para ir a la vez, en una perfecta simfonia. 
Hoy quiero que hagamos de esta pequeña habitación un gran universo. Nuestro universo. Que no tengas miedo a decirme lo que sientes. Poder besarte tanto, que me duela la boca. Quiero que me mires de reojo, y que te creas que no me doy cuenta. Quiero que esta tarde las horas del reloj se paren, y que no pase el tiempo para nosotros. Que me digas mil veces que te tienes que ir, pero que te quedes cuando te digo "cinco minutos más", que se van repitiendo. Quiero que me digas que me quieres, y que yo me sonroje al escucharte. 
Hoy quiero sentirme la persona más afortunada del mundo, por el simple echo de tenerte a mi lado. 


Vamos, grita, saca lo que llevas dentro. Cuéntales la historia de la chica que quiso volar, pero se limitó a quedarse en el suelo, por el miedo al qué dirán. Háblales de esa niña que perdió sus sueños, porque éstos se fueron lejos y ella tuvo miedo a correr tras ellos. 
Susúrralo, no temas, nadie piensa hacerte daño. Ya tienes suficiente con el que te has hecho a ti misma. 


dimecres, 5 de setembre del 2012

Siempre fue demasiado miedosa.

Yo también siento a veces que la vida es una meirda, y me dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Des escapar, vivir una vida nueva, lejos de tantos inútiles, lejos de este sitio. Pero luego, me doy cuenta, de que hay gente que tiene más razones para hacerlo que yo, y sin embargo aguanta hasta el final. Será porque son fuerte, o tal vez solo les apetezca hacernos entender que lo son, pero yo siemrpe fui débil. Lo reconozco, también, le tengo miedo a muchas cosas. Me dió miedo la primera vez que me subí sola a un autobús, me dió miedo la priemra vez que tuve que volver sola a casa, me da meido que alguie me dé la espalda, me abandone, me da miedo anadar sola por la calle de noche. ¿Ves? Me dan miedo muchas cosas, pero, sobretodo, hay algo que me da más miedo que todo lo anterior. Que algún día te apartes de mí, perderte totalmente, para siempre, eso me aterroriza. Por eso me siento débil, solo por pensar que varia personas me podrían destrozar la vida en unos instantes, creo que me aterroriza que alguien tenga tanto poder sobre mí. 


Tanto tiempo pensando como sería una noche a su lado, tanto tiempo deseándola, hasta que llegó.

Llegamos a su casa, borrachos, sin poder anadar siguiendo un linia recta perfecta. Él me miraba con esa sonrisa burlos y yo, a su vez, me sonrojaba al pensar lo que estaba a punto de pasar. Me llevó de la mano hasta su habitación, ese cuarto tan desordenado, como en mis sueños. Sin saber como ni por qué estaba en la pared, él me besaba, yo solo me dejaba llevar. Notaba el frío de la pared en mi espalda, pero a su vez, sus manos cálidas por mi abdomen. Se acercó a mi oído y me susurró "me encantas, princesita". 
Esa  noche pasó demasiado rápida a su lado, y yo tenía que volver a mi lugar, mi ciudad, lejos de él. Me acompañó al tren, sin decir palabra, mirándome de reojo y negando con la cabeza. Allí de nuevo en la parada, me acarició la cara y me dijo que me quería, yo sonreí y le prometí que íbamos a pasar el resto de nuestra vida juntos, sin volver a separarnos. 
Y así fue, después de tres años, decidí no irme, no despedirme de esas noches que pasábamos juntos. 




dimarts, 4 de setembre del 2012

Buenos días princesa.

Buenos días princesa. Lévantate de un salto de la cama y sonríe. Hoy el cielo está despejado y tus dudas también. Aún recuerdas partes del rompecabezas de anoche y lees algunas notas que escribió tu otro yo para salvárte de la mala vida. Está todo revuelto, desordenado, pero al fin y al cabo, está como debe estar. Invéntate mil argumentos para salir de cada lío y da gracias a quien te sacó de cada apuro. Hoy es día de cometer el mismo error cien veces. A superar tus miedos y poco a poco, sabes que lo conseguirás. Venga, princesa, ¿vas a negarme que no te reíste nunca? Tomar chocolate a altar horas de la madrugada siempre es tu delito, y romper corazones también aunque, no voy a negarlo, hoy eres tú la que lo tiene destrozado. Pero, ¿sabes qué? Vas a sonreír, vas a hacerlo, sean las cuatro, las once o incluso las seis de la mañana. El viento se llevará tus problemas y el arrepentimiento es algo que verdaderamente desconoces. Canta, ríe, bail, sonríe y nunca pierdas nada que no sea la vergüenza. Y recuerdo que cuando digo "buenos días, princesa" es porque hoy vas a demostrar que, con o sin príncipe, puedes hacer de éste el mejor día de tu vida... solo tienes que empezar por levantarte de la cama y sonreír. 

Envidia.

- Te contaré la historia. Decían que ella no conocía el amor, que se pasaba el día en la calle con esas compañías tan poco apropiadas, que no tenía respeto por nada ni nadie. Que se pasaba la vida metida en lios, que tanta libertad no podía ser buena. Decían que no era una dama, que ni tan sólo llegaba a señorita. La criticaban por ser descarada, maleducada, inculta... Pero simplemente, era sincera. Le echaban en cara ser una viva la vida, pero en realidad no la conocían.
- Entonces, ¿por qué hablaban de ella?
- Porque la envidiaban con todas sus fuerzas, por no poder tener la vida que tenía ella. 

Le quería, quizás como a nadie antes.

Metió la cabeza bajo el grifo y dejó correr agua fría hasta que empezó a tiritar. Salió al comedor, después de coger una toalla, y se dirigió hacia la habitación en la que dormía. Su casa estaba irreconocible. Desde que había llegado a su vida estaba cambiada. Allí en su cama, estaba durmiendo él, sólo com una sábana que cubría su cuerpo, que anteriormente había desnudado ella misma. En la fina seda se reflejaba su cuerpo. En estos momentos, le parecía aun más perfecto que antes. Secándose el pelo con la toalla se metió en la cama. Se acurrucó junto a su cuerpo, que aun estaba caliente, y se despreocupó de todo. Le quería, quizás como a nadie antes. 


dissabte, 1 de setembre del 2012

"Pero nunca has mirado a una chica y te has sentido vulnerable"

Si te pregunto por las mujeres, supongo que me harás una lista de tus favoritas. Puede que hayas echado unos cuantos polvos. Pero no puedes decirme qué se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad. Eres duro. Si te pregunto por la guerra me citarás algo de Shakespeare: "De nuevo en la brecha amigos míos". Pero no has estado en ninguna. Nunca has sostenido a tu amigo entre tus brazos esperando tu ayuda mientras exhala su último suspiro. Si te pregunto por el amor me citarás un soneto. Pero nunca has mirado a una chica y te has sentido vulnerable. Ni te has visto reflejado en sus ojos. 
No sabes lo que es dormir en un hospital dos meses porque los médicos vieron que el termino horario de visitas no va contigo. No sabes lo que significa perder a alguien. Solo lo sabrás cuando ames a alguien més que a ti mismo. Dudo que te hayas atrevido a amar de ese modo. Te miro y no veo a un hchico inteligente; veo a un chaval creído, pero muerto de miedo. Eres un genio, nadie te lo niega. Nadie puede comprender lo que pasa en tu interior. En cambio piensas que sabes todo sobre mí. 

El amor es como copos de nieve.

Creo que no podría explicarlo, supongo que porque los sentimientos no se explican, no hay palabras perfectas, ni acordes lo suficientemente bonitos que lo lleguen a expresas. No hay historias, límites ni fronteras que lo entiendan. ¿Sabes? Son como copos de nieve, todo se parecen pero ninguno es igual a los demás, los sentimientos no se comparten. Los sientes tú, sólo tú. Y sólo tú puedes saber las dimensiones que ocupan, las lágrimas que se merecen, y los gramos de felicidad que pesan. Porque, recuerda, que sin sentimientos, solo seríamos máquinas.

Las cosas empeoran por momentos.

Y es así, nos guste o no. El tiempo funciona sin pilas. Los trenes no esperan y se largan. Los tapones de los bolígrafos se pierden. Las palabras son inversamente proporcionales a todo lo que queremos decir. La batería de los móviles siempre falla en el momento más oportuno. Las miradas ya son sin compromisos. Las drogas una medio de vida para muchos. La música pierde interés por sus letras. Los ordenadores tienen la habilidad de "morirse" cuando más los necesitas. Los zapatos se desgastan. El amor se denuncia por malos tratos. Los sueños siempre llegan con retraso. El pasado te hace rebobinar tu vida. Los días martes y trece conspiran contra ti. Los besos se agotan. La esperanza desespera. Las leyes se imponen sin venir a cuento. El tabaco mata poco a poco. Los lunes son odiosos. Las relaciones se destiñen. Los compromisos se desentienden. Las luces se funden. Tu maleta pesa más de la cuenta. Los autobuses marean. Los sentimientos se confunden. Los semáforos siempre se ponen colorados si los miras. Los bordillos están dónde no te los esperas. Las prisas te retrasan. Los momentos son instantes. Los perros ladran porque sí. Y los gatos son muy perros. Los tipos malos son muy malos, y los tipos buenos no son tan buenos. 


Reflexionar es meter el dedo en las heridas, pero con otras palabras.

- Joder, reflexiona un poco -le pide el chico, suplicante.
- No, no quiero -vuelve a negarse ella por séptima vez.
- ¿Por qué?
- Nunca lo hice, lo que la gente llama reflexión, yo lo llamo meter el dedo en las heridas, rebuscar en el pasado, lamentarse de coses que es imposible cambiar, solo he reflexionada una vez en mi vida.
- ¿Sobre qué has reflexionado?
- Sobre si mereciás la pena, y mira como hemos acabado.

"No podrá quererla como la quería yo"

"De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero saber de sus besos, el colos real de sus ojos. Nadie podrá ver nunca lo que ya he visto. Y él menos que ninguno. Él, incapaz de amarla, incapaz de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla. Él no se divertirá con esos tiernos caprichos."

"Podría haberla escogido más guapa, pero no mejor"

Encuentra al que pueda hacerte sonreír cuando veas que el mundo se te viene encima. Que te llame de nuevo cuando le colgaste, que te diga cuando te equivocas, e incluso que a veces te haga llorar con ciertas palabras. Que quiera enseñarte el mundo, que conozca tus peores defectos, y aun así, siga queriéndote como el primer dia, o más, quién sabe. Espera al que te recuerde constantemente lo mucho que le importas y lo afortunado que es por tenerte. Que cuando te presente a sus amigos diga: "Si no es ella, no es ninguna". 


Te acostumbrarás.

Te acostumbrarás a mi voz, a mis expresiones, a mis cambios de humor, a mis miedos. Poco a poco te irás dando cuenta de las cosas que te gustan de mí y de las miles que odias. Odiarás mi forma de pensar, de expresarme, de andar. No aguantarás leer mis mensajes, ni mi cambio repentino de humor, ni de mis ideas. Tampoco te gustará mi forma de afrontar los problemas, ni mi manera de plantearlos. Le cogerás asco hasta a mi colonia, no soportarás mis risitas y estarás cansado de oirme. Odiarás tantas coses de mí que ni siquiera sabrás ver las buenas. Odiarás quererme tanto.