Solo el amor lo entiende.

Seguro que nunca te has dado cuenta, pero hay muchísima gente por la calle disimulando la amargura. Que mientras el destino se asoma, el presente se debate con la muerte. Que tú y yo estamos hechos a la medida, como un puzle. Que por despechado estás pensando con los pies. Que en la escuela me hablaban de Colón y de las tablas de multiplicar, pero no mencionaron cómo se hace el amor. A pensar en mí para vivir por ti. Que quiero estar seguro, un poco por ti, un poco por mí, un poco por celos. Que del otro lado del sol hay un mundo en decadencia, donde no es casualidad que tierra rime con guerra. Que amarte como lo hice yo, sin límite en el horizonte resulta siempre un juego peligroso, porque al final el que más dio es el perdedor. Que amarte a ti es un veneno que da vida. Cómo es de idiota el amor y cómo duele. Que por andar ocupado en el cielo me olvidé que en el suelo se vive mejor. Que no es la situación sino el corazón quien decide el camino. Que la edad no es el pellejo sino tus ganas de vivir. Que se puede fingir que todo está perfecto mientras duele. ¿Cuándo te ganó el orgullo y escogiste el llanto? Que lo que te está sobrando, a mí me salva la vida. Que de vez en mes no hay quien aguante a las mujeres. Que si se pone fácil el amor se hace frágil y uno para de soñar. Que el amor es la arrogancia de aferrarse a lo imposible. Que si abrieras una puerta del presente, le darías un motivo a mi futuro. Que la cobardía hace que veas las cosas lejos como las estrellas. Que el problema no es quererte es que tu no sientas lo mismo. Que no aprendes a querer la espina o no aceptes rosas. No arregles lo que no se descompuso. Que las nubes grises también forman parte del paisaje. Que hay amores sin orgullo que viven de perder la dignidad. Que la muerte me enseñó que hay que vivir. Que hoy es un buen día para empezar, hacer borrón cuenta nueva y dejar todo atrás. Que podrán decirte todo lo que quieres, disfrazarse del tipo que andas buscando pero si te hago una casa sin paredes a la primera brisa del mar saldrás volando. Que la gente siempre dirá lo que está bien está mal. Si es más cuerdo el que piensa o el que mira la luna. Que no hay reloj que dé vuelta atrás. Que el tiempo se marcha y el hoy mañana será el ayer. Que no sirve de nada este delirio de aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta. Que olvidaste es un intento que no lo deseo tanto. Que por tanto buscarte resulte siendo yo quien no me encontraba. Quiero regalarle una flor al amor de mi herida. Que no hay peor agonía que la que es de paso en paso. Si tú no existieras serían más cortos los días, no habría que revolcarse en esta historia inconclusa, que es una ruleta con ganas de perder. Que no hay más vuelta de hoja aquí empieza una historia te guste o no. Dime quién puede contra cupido. Uno más uno es uno, la solución a esta ecuación solo el amor lo entiende.

Es como tocar el cielo.

- Y... ¿qué se siente? -le di otro sorbo a la cerveza que tenía en mis manos mientras ideaba alguna excusa por si mi padre preguntaba qué había pasado con su última lata. 

- ¿A qué te refieres? -la miré extraña. No sabía a qué se refería. 

- Ya sabes... al tener un... orgasmo -dijo casi en un susurro y sin mirarme a los ojos, dejando que se notara en su voz un toque de vergüenza. La miré sorprendida y no pude evitar soltar una pequeña carcajada. Siempre me hizo gracia la manera en la que hablaba cuando algo le daba vergüena, el tono de voz que ponía, que se podía comparar con el de la voz de una niña dulce e inocente. 

- Pues... no se puede describir con exactitud, y si se puede, yo no sé. Pero mira, yo creo que es como ir a una fiesta de pijos, vestido con un chándal, porque te sientes libre. O como ir con un bolso de Dior en un callejón oscuro y con gente que te mira mal, porque sientes esa adrenalina, que aunque puede ser molesta, te encanta. O cuando te subes en una nueva atracción, y estás nerviosa porque no sabes cómo será y cómo te hará sentir. O cuando te subes a un avión y por la ventanilla ves las nubes bajo tus pies, porque es como tocar el cielo. O cuando haces alpinismo en una montaña, porque quieres llegar a lo más alto. En definitiva... -la miro y observo a una niña atenta a mis palabras. Me quedé un momento en silecio para prolongar su nerviosismo y me miró deseosa para que siguiera hablando- En definitiva, tener un orgasmo es... tener un orgasmo. 

Me miró con el ceño fruncido y me tiró un cojín a la cara. Me puse a reír por su mala puntería y me miró con mala cara. 

- Muy lista -dijo sacándome la lengua.

Vale la pena intentarlo.

La Real Academia Española define la palabra 'imposible' como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define 'improbable' como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos y deja un mínimo de esperanza. Que David ganara a Goliad, era improbable, pero sucedió; un afroamericano habitando en la Casa Blanca era improbable, pero sucedió; una periodista convertida en princesa... El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Y mientras haya una posibilidad, una entre un millón de que pase, vale la pena intentarlo. 

Enhorabuena, estás enamorado.

Nada más que decir. 

De siete días de la semana, yo te quiero ocho

He aprendido que no todo es tan fácil como lo pintan las películas, que no hay monstruos debajo de la  cama ni en el armario, solo son nuestros miedos los que nos frenan. He aprendido que los Reyes Magos no te vigilan para ver todo lo malo que haces. También, sé que las personas mala, son muy malas, y que las personas buenas, no son tan buenas. Creerme, he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies y la voz. Que los besos a escondidas tienen mejor gusto. Que un baño de agua fría, a veces, resulta mejor que uno de agua caliente. Que el mundo está lleno de personas agradables, y también, de personas que no merecen llamarse personas. Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo ni para el derecho. Que los tacones, a las cuatro de la madrugada en una fiesta, ya no están en tus pies. Que las medias se rompen muy fácilmente, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas. Y lo más importante, sé que de siete días de la semana, yo te quiero ocho. Y quizás estoy hablando demasiado, pero hablo de pintarte la uñas de un color chillón si te da la gana, y de ponerte el pelo verde y rojo, de escuchar heavy o de comer ocho caramelos y tres piruletas al día. Hablo de sonreír si tienes ganas y si te sale de dentro, y de enfadarte si te dan motivos necesarios, hablo de saltar por la calle y gritar las veces que quieras, o simplemente de cantar tu canción favorita. Hablo de mirar al cielo las veces que quieras y de ponerte de morro cuando te hagan cosas que no te gusten, hablo de caminar, no como los demás, si no como tú ya sabes. Hablo de encerrarte en tu habitación y ponerte los auriculares con la música a todo volumen y bailar como una loca, de leer libros o de no leerlo si no te gustan. Sueña despierto, ríe, saca la lengua por la ventana del coche, haz lo que te parezca en cada momento con quien quieras y donde quieras. Cuídate a ti mismo, porque si no lo haces tú , dudo que alguien lo hago por ti. 

Adiós al pasado.

"Deje su mensaje después de la señal."

Piiiiiiiip. 

No sé por qué estoy haciendo esto, si prometí que no te llamaría más. Pero es defícill, es difícil ver que rehaces tu vida mientras yo estoy aquí, atrapada en el pasado. Nuestro pasado. 

Lo sé, prometí no volverte a llamar. Veo que tú sí que has cumplido tú promesa de no contestar si te llamaba, o quizás, simplemente, es que no puedes hablar ahora. Sea como sea, te lo agradezco. Siempre fuiste el fuerte en nuestra relación. Yo, encambio, fui siempre la débil. Siempre te necesité a mi lado, pero mi estúpido orgullo me impidió en demasiadas ocasiones demostrártelo. Pero lo sabías, de eso estoy segura. Sabías lo mucho que te extrañaba cuando te ibas a tu pueblo a pasar unos días; o lo mucho que me entristecia verte perder un partido, porque sabía que para ti era muy importante. Sabías que te quería. 

¿Qué fue de nostros?

¿No me echaste de menos ni un minuto? 

¿Cómo me has olvidado tan rápido, y por qué yo no he podido?

Las malas lenguas aseguran que ahora vas con otra gente, que no tienes novia pero sí muchas chicas, que no quieres sentar la cabeza, que ya no eres tú. ¿Qué te ha pasado? Decías que yo te hacía mejor persona, ¿se supone que es culpa mía? Yo no decicí terminar con todo lo que nos unía, con todo aquello que parecía ser eterno. Quizás todos tengan razón, quizás mi cabeza no quiere olvidar lo que fue de nosotros en aquellos tiempos. Aún sigo recordando todas las cartas, los mensajes, las llamadas... que no tienen ninguna razón para seguir en mi cabeza, pero ahí están. Dispuestas a quedarse durante mucho tiempo. Pero tampoco me importa que estén ahí. Porque son el único recuerdo que me quedan de ti... o más bien, de lo que eras antes. Te has convertido en todo lo que odiabas. 
Pero tranquilo, no he comenzado este mensaje con la intención de recordarte todo lo que nos quedó por cumplir de nuestras promesas. Ni tú ni yo hemos empezado nunca las cosas para dejarlas sin terminar. Creo que es la última vez que escuchas mi voz. Es la última vez que te dedico tiempo de mi vida. Y es la primera vez que voy a apartar el pasado, y voy a avanzar sin recordar. 
Voy a desaparecer, sin magia ni historias raras. Desaparecer para siempre, o para un largo período de tiempo. ¿Y sabes por qué lo hago? Porque me resulta imposible seguir aquí, esperando día tras día a que vengas a buscarme, ya no merece la pena perder el tiempo así. Porque, estar así, con un mensaje que quizás borres sin escuchar, me hacer abrir los ojos y darme cuenta que llegó la hora de irme. 
Creo que tengo que colgar ya, y de perder el pasado. De borrar todo lo que un vez me ha mantenido viva; de borrar tu recuerdo. 
Colgando ya la llamada. 
La última que recibirás de tu pasado.
Pip, piiiiiip. 

Puto infierno.

Harta. Hasta los mismísimos. "Eres preciosa, no sé por qué hacer lo que haces". Exacto, chaval. No tienes ni idea. No tienes ni idea de lo que pasa por mí cabeza, lo que pienso cuando me veo en algún espejo. No tienes ni puta idea. No soy ninguna Top Model, tampoco quiero serlo. No soy la chica perfecta, ni la que todos los chicos miran cuando voy por la calle, tampoco quiero serlo. No soy una chica que destaque solo con el hecho de sonreír, tampoco quiero serlo. No soy la típica chica con la que sueñan todos para poder estar en su cama, tampoco quiero serlo.

Quiero ser normal. 

Quiero estar sana. 

Quiero que este problema salga de mi cabeza. 

Ayer, me enteré que una de mis mejores amigas, tiene un problema con la comida, y hace cosas que pueden afectar a su salud. Me puse histérica. Le grité, me enfadé y le hice prometer que no lo haría más. Después, al llegar a mi casa, sentí asco de mi misma. ¿Cómo pude hacer eso? ¿Cómo pude chillarle a mi amiga por algo que también sufro yo? No está bien, no es sano, no es normal. Lo sé. Pero puedo entenderla. Puedo saber por lo que pasa. Puedo saber qué le pasa por la cabeza, porque es lo mismo que me pasa a mí por la mía. Podéis llamarme falsa, sí. Pero lo volvería a hacer. Porque esa chica, no se merece pasar por el infierno que está pasando, que le están haciendo pasar. No es justo. Nadie debería pasar por este infierno. No te deja vivir, te cambia.

Pero no es sólo culpa mía. Sé que el problema lo tengo yo. Mi cabeza. Mi cuerpo. Pero, ¿qué hay de la mierda de sociedad que nos envuelve? Esa, justamente esa, que no acepta que las chicas gordas sean preciosas, o las que creen que la máxima belleza se encuentra en un cuerpo que da asco. Esa que te juzga si no das la talla correcta. Esa que no te quiere si no vas con escote y minifalda. Esa que no te acepta si no eres perfecta. Esa que te hace sentir mierda. Que te hace sentir nadie. Esa que te hace sentir sola, y esa que te aterra. Que te aterra por el miedo a quedarte sola por no ser perfecta. 

Distinas, pero a la vez iguales.

A ti te gusta llorar, a mí me encanta reír. A ti te gusta estar triste, a mí me gusta sonreír. A ti te gusta ver la televisión, a mí me gusta leer. A ti te gusta soñar, a mí, pasarme la noche despierta. A ti te gusta ser la última por vergüenza o por el qué dirán, a mí me gusta ser la primera porque no quiero que me cuenten las cosas, quiero contarlas yo. A ti te gustan los gatos, y yo prefiero los perros. A ti te gusta el chocolate blanco, y a mí me gusta el chocolate negro. A ti te gusta dibujar, a mi escribir. A ti te gusta el baloncesto, a mí el fútbol. A ti te gusta pasar de los problemas, a mí me gusta meterme en ellos. A ti te gusta decir todo lo que te pasa, a mí me gusta callarme; a ti te gusta animar incluso a personas que se han portado mal contigo, a mí con esas personas me gusta hacer que lo pasen mal. A ti te gusta que te mientan para no hacerte daño, a mí me gusta que me digan la verdad aunque me haga daño. A ti te gusta el agua fría, a mí me gusta el agua caliente incluso en verano. A ti te gusta bailar en privado porque te da vergüenza hacerlo en público, a mí me da igual dónde. A ti te gusta el invierno, a mí la primavera. A ti te gusta escuchar una canción, a mí me gusta cantarla. A ti te gusta no decirle al chico que te gusta lo que sientes, a mí me gusta esa adrenalina que se siente al correr el riesgo de decir lo que sientes.

Mejor sin ti.

— ¿No piensas contármelo? —se sentó a mi lado y cogió la foto que sostenían mis manos. Suspiro y se la vuelvo a coger. La verdad es que no hay nada que contar, llevábamos muy m al eso de estar separados, pero cuando estábamos juntos casi siempre terminábamos discutiendo. 
— No hay nada que contar. Me dijo que no había necesidad de hablarlo porque ya era tarde —me encojí de hombros y me levanté para dejar la foto en mi escritorio. Salía tan guapo... acaricié su cara con mi pulgar y sonreí mientras una lágrima impactaba contra su cara. 
— ¿Y qué hiciste? 
— Pues le hice caso, le escuché y me alejé de él. Sin mirar atrás, para no poder arrepentirme. Y no me arrepiento.... Sé que algún día encontraré a alguien nuevo, que me haga feliz —me quedé callada. ¿De verdad podría encontrar a alguien que me hiciera tan feliz como él?
— Pero... —dijo mi mejor amiga, como si me estuviera pidiendo un motivo contrario a mis argumentos. 
— Pero estoy destrozada —solté de repente, como liberándome de esa gran verdad que llevaba pesándome mucho tiempo—. Pero me obligo a mí misma a decirme que estoy bien, que todo va bien. Que estoy mejor sin él. 
Nos quedamos calladas y noté su mirada puesta en mí. Pero yo no la miré, porque si lo hacía me obligaba a mí misma a sonreír para que no se preocupara todavía más. 
— ¿Y si vuelve? ¿Qué pasará entonces? —la miré sorprendida. Nunca había replanteado esa idea. Pero nunca la había replanteado porque la veía imposible. 
— No importa lo que diga, no voy a regresar. Nuestro puente se quemó, y yo ahora...
Me miró y me sonrió, pero yo siguí seria. No tengía ganas de sonreir.
— Ahora eres fuerte —terminó la frase por mí. 
— Jugó conmigo, me traicionió. Su amor no era más que un maldito juego. Tomó el control de la relación y no pude evitar caer. Pero ahora veo las cosas claras. 
— Me alegra oír eso, hermana. —la miré y sonreí. SIn fingir, de verdad. La abracé, y al soltarla, me di cuenta que lo peor ya había pasado, que ahora tocaba ser feliz. 
— Me gustaría ir a su casa para decirle que no malgaste sus lágrimas falsas conmigo, que se las guarde para quién se las crea. 

Me levanté de la cama para coger la foto que minutos antes cogí y la tiré a al basura, sin arrepentimiento, sin sentimiento de culpa. 

Si educas bien a tus hijos, educas bien a tus nietos.

No deberías ser tú.

— Parece que todos se estén riendo de mí  —me siento en el suelo, ya que la única silla que hay en la habitación está ocupada por ella, aunque no me importa demasiado, ya que hace mucho calor y el suelo está frío. 

— No lo hacen, cielo  —me mira con dulzura mi amiga. 

— Pues en mi mente sí. 

Aprieto con fuerza mi pecho a mis rodillas, cogidas por mis brazos y fijo mi mirada en algún punto distante que ni yo misma soy capaz de descifrar. En cambio, ella no aparta su mirada de mí. Está preocupada, de eso no hay duda, y odio que lo esté. 

— Los rumores de la esa otra chica me matan... Me gustaría tener el valor suficiente para llamarle, ¿qué digo llamarle? Para ir a su casa y preguntarle si hace lo mismo con ella cuando estábamos juntos. Me encantaría poder demostrarle que ni esa chica, ni ninguna otra, podrá quererle como yo. 

— Es un tonto, ya se dará cuenta de lo que vales, hermanita  —se levanta de su silla morada y deja que su gato, al que estaba malatratando a caricias se escape en dirección a quién sabe dónde. 

— Lo sé. Y aún así le quiero. Estoy segura que cuando esa chica sepa cómo es realmente le dejará.

— Y se quedará solo —se acerca a mí y se sienta a mí lado, dejándose caer apoyada en la pared. 

— Yo nunca le haría eso. ¿Cómo ha podido olvidar los planes que hizo conmigo? ¿Por qué no he podido yo?  —apoyo mi cabeza en su hombro y noto su mano acariciando mi pelo, posiblemente hecho un asco después de estar toda la noche sin dormir.  

— Es tonto  —vuelve a decir, como si repitiéndolo consiguiera en mí el mágico efecto de olvidarle.

— ¡Es que no es justo, esa chica debería ser yo! Yo debería hacerle reír, debería cogerme a mí de la mano por la calle, y no a ella. 

— El amor es una mierda. 

— No, yo creo que el amor no es una mierda. Mierda son las personas que juegan con él. 

— Pues él es un mierda  — suelta casi escupiéndolo. Como si se lo imaginase aquí delante para poder reprocharle todo el daño que me ha hecho. 

— Debería ser yo quién le besara, o quién se enfadara con él por no dejarme pagar nada  —digo casi sin darme cuenta, sin querer decirlo. 

— No pienses ahora en eso  —la miro con los ojos abiertos, como si acabara de decir la mayor tontería de su vida—.  Vale, lo sé, no puedes pensar en otra cosa, perdona. 

Me pongo a reír al ver la cara de buena niña que pone después de disculparse, pero la risa me dura poco tiempo y paro. 

— No puedo seguir así  —me levanto del suelo, decida, con fuerza.

— ¿Cómo? ¿Dónde vas?  —se levanta también dispuesta a seguirme a todas partes. 

— Necesito que entienda que yo debería ser 'su pequeña', y no ella  —digo con voz firme, esperando que entienda que esto tengo que hacerlo yo sola —. Me dijo que necesitábamos un tiempo, porque yo cometí muchos errores. Me sentí tan mal... Pero ahora duele tanto que incluso es gracioso. Es gracioso cómo usó esa escusa para reemplazarme por alguien con mejor cuerpo e incluso que bese mejor. Me trató como una tonta... ¿pensó que nunca le vería con ella en el parque, o en el cine? O a todos esos sitios donde, antes, me llevaba a mí. 

— ¿Sabes lo que está haciendo, verdad? Está intentando romper tu corazón... otra vez. Y lo peor, es que sabe que está consiguiéndolo. 

— Nunca debí dejarlo ir...

— ¿Estás de broma? Estoy convencida de que eso ha sido lo segundo mejor que has podido hacer nunca.

— ¿Qué es lo primero?

— Lo primero debería ser olvidarle. 

De los creadores de "no te llama", "no te busca" y "te ignora", lleva en 3D: "NO LE IMPORTAS"

Si te niegas a olvidar, las cicatrices serán eternas. Crees que nadie puede entender por lo que estás pasando, pero se te escapa una cosa... y es que no eres la primera ni la última en sentir lo que sientes. ¿Sabes una cosa? Entiendo que sea jodido aceptarlo, pero sé que le echas de menos. Entiendo que creas que ahora no podrás seguir sin él, pero para disfrutar de las cosas pequeñas de la vida, primero hay que perder las que consideras grandes. Sé que te sientes mal, que se ha reído de ti y que eso te duele. Piensas que te ha escupido, pero te diré una cosa, lo que se escupe no se vuelve a comer. Creo que deberías darle un aplauso, sí. Un aplauso por decirte que te quería, y después desaparecer. Un gran aplauso en la cara. Tienes que aprender a ver las cosas como son, y no como quieres que sean. Sé que nadie entiende que cuando dices que estás mal, en realidad queiers decir que estás sin él. Crees que has renunciado, que te has rendido demasiado rápido, que aun tienes fuerzas para luchar por él. Pero te diré una cosa, hay una gran diferencia entre rendirse y saber que ya has tenido suficiente. 

Estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado.

Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruevas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado. 

Tengo ganas de ti. 

What makes you beautiful

Eres insegura, la verdad no sé por qué. ¿No sabes que todo se giran cuando entrar por la puerta? No necesitas maquillaje para lucir más. Siendo cómo tú eres ya es más que suficiente. Todo el mundo puede verlo, per tú no eres capaz. Cielo, tú iluminas el mundo como nadie. Pero cuando sonríes y miras al suelo, es difícil de decir... eres preciosa pero no lo sabes. 

One Direction. 

Hola mundo, hoy vas a tener que dejar que te coma.

Estoy harta de tus tristezas, de tus sonrisas falsas, de tu gente despistada y aburrida andando por las calles. Estoy cansada de vivir siempre lo mismo, de la rutina. Harta de esperar cosas de la gente, y que luego no me den nada. Hoy, te voy a comer, mundo. Voy a salir ahí fuera, y voy a demostrar quién soy. Voy a sacar la mayor de mis sonrisas y voy a ir por la calle desentonando del resto. Voy a valorar cada mínimo detalle, y si intentan hundirme, sonrío. Nadie va a borrarme esta sonrisa que tengo. Nadie.

Romeo y Julieta, no son tan perfectos.

¿Sabéis por qué Romeo y Julieta son grandes iconos del amor? ¿Por qué son hablados y recordados como la pareja modelo del amor eterno? Fácil. Porque murieron y nunca tuvieron tiempo de pasar por las dificulatades que existen en el mundo. Si no hubieran muerto, probablemente Romeo estaría con otra, y Julieta con otro. Romeo nunca traicionó a Julieta en una discoteca con una rubia motivado por el alcohol. Julieta nunca pasó horas esperando a Romeo, llamándolo desesperadamente. Romeo nunca le dijo a Julieta que la amaba, que era especial y después desapareció durante semanas. Julieta no tuvo la oportunidad de demostrarle a Romeo lo insoportable que era cuando se levantaba de mal humor. Romero no se olvidaba de los aniversarios. Julieta no tuvo hijos, no engordó ni se puso histérica porque tenía demasiadas cosas que hacer. Romeo nunca dijo que necesitaba un tiempo. Julieta no tenía un antiguo novio en el que siempre pensaba. Julieta nunca se molestó cuando Romeo la humilló, estando borracho, en una cena de amigos. Julieta nunca dijo que le dolía la cabeza y se durmió. Por eso, ellos murieron amándose. 

Y es que si fueras uno más ya te habría olvidado.

Esta vez me lo he prometido, voy a esperar. No dejaré que mis ganas locas de saber de ti me ganen. Esperaré. Negaré todo lo que sienta. Aunque me muera de ganas por abrazarte. Y más sabiendo que estás cerca. Voy a aguantar. El miedo sigue conmigo. Siento que te pierdo. Otras te ganas. Duele. Mata. Se atragantan mis esperanzas. Mis ganas de verte se nublan. Me repito una y otra vez 'quien te quiere, te busca'. Pero no me buscas. ¿No me quieres? Si no valoras mis palabras, no pretendas que duren por siempre. Tendré paciencia. Si demuestras extrañarme, prometo dejar de ser una cobarde. Lo que tenga que ser, será. 

Saber quién soy.

En realidad, soy transparente. Si te hubieras fijado en que jamás me pinto las uñas de blando, descubrirías que me gustan los pequeños detalles. Si vieras lo cortos que suelen ser mis pasos, te darías cuenta de que ando despacio. Y si abrieras el primer cajón de mi escritorio, entenderías todas aquellas cosas que me quedaron por decir. Incluso si te atrevieras a abrir el armario marrón de la cocina, sabrías que el chocolate es mi gran aliado para que no se agote mi energía. Puede que si cogieras mi ipod, escucharías la banda sonora de mi vida. Es probable que si un día miraras la papelera de mi habitación, te asustaras al ver todos los gritos que he callado y todas las lágrimas que se han quedado estancadas. Pon el ojo en mi cámara y miro el mundo tal y como yo lo veo, puede que así consigas entender todos mis miedos. Pasa el dedo por mi mano, así quizás comprendes que soy frágil y los nervios me matan. Abrázate a mi almhoada y descubrirás de qué están hechos mis sueños. Pero si quieres, olvídate de todo lo demás y mírame a los ojos e intenta saber quién soy. 

Te quiero, así de fácil.

Cuando te diga que estoy enfadada, sígueme hasta hacerme reír. Cuando empiece a decir tonterías, bésame y dime que me quieres. Cuando me veas caminando, tápame los ojos y pregúntame como si fueramos niños '¿quién soy?'. Cuando tenga miedo, protégeme. Cuando me apolle en tu hombro, acaríciame la cara. Cuando veas que no puedo más, que el mundo se me cae encima, y que rompo a llorar, calla, y cuando termine dime 'siempre quedarán nuestro besos'. Cuando te quiera dar un beso, esquívame y después gasta mis labios. Cuando te diga un secreto, guárdalo como si fuese un tesoro. Cuando te diga 'ya no te quiero' demuéstrame que estoy equibocada y que no sé vivir sin tus besos. 

Ni tú eres Romeo, ni yo soy Julieta.

Y es que mi amor, ni tú eres Romeo, ni yo soy Julieta. A ti no te dieron el papelde príncipe azul y a mí nunca me gustó ser la Cenicienta. Ni a ti te gustan los trajes de gala, ni a mí los vestidos largos y lujosos. Nunca te gustó ser el héroe ni a mí ser la chica a la que rescatan. Ni a ti te va lo de ser el caballero, ni a mí lo de ser una señorita. Y es que cariño, no te hace falta rescatarme ni escribirme mil poemas. Con que una noche bailes conmigo y me digas lo guapa que te parezco, me basta. Tampoco pido mucho, porque no me merezco un cuento de hadas. Pero si te soy sincera, yo no quiero 'vivieron felices y comieron perdices' porque... ¿sabes? Nunca especifican si terminan juntos o no. Tengo una idea, vayámonos los dos. Que les den a los finales felices y a todo lo que no seamos tú y yo. 

Nada dura siempre.

En el mágico momento en el que tus ojos y los míos se encontrarom, en el que tus manos resbalaban por mi dedos y en el que tu extraño olor a perfume raro inundó todos mis sentidos, super que en algún insante de nuestras vidas, esto sería nuestro. Solo nuestro. Supe que en el momento que nuestros labios se rozaran, en el segundo en el que notáramos como el mundo se paraba exclusivamente para mirarnos, esto cambiaría. Supe que dejarte ir podía ser el mejor o el peor error de mi vida, y que perderte podía ser la autodestrucción más grande que podía hacerme a mi misma.

Pero las cosas suceden, y tú y yo nunca seremos un siempre. 

El destino es un camino demasiado largo para ir de tu mano, si me coges no podré tropezarme, no podré caer y después levantarme. A tu lado solo podría hacerme más pequeña. Perdería mis ilusiones, mis ganas. El camino hacia la felicidad, hoy por hoy, quiero hacerlo sola. Quiero caerme, para saber qué es levantarse. Quiero caminar tan segura de mi misma, que los obstáculos se aparten al verme pasar. 

Todo se acaba, mi primer amor. Todo termina. 

Y aquí estamos un año más, recordando qué fuimos y qué nunca llegamos a ser. Recordando que yo fui la que rompió todo lo que una vez nos unió. Recordando que nada dura para siempre.

No conmigo.

Pequeñas princesas.

No sé si alguna vez habréis escuchado hablar sobre las princesas que no viven en los cuentos de hadas, que viven cerca de ti.

Sí, esas princesas que no llevan vestidos largos, ni coronas, ni zapatos de cristal. Esas princesas que pasean por las calles de tu ciudad, que compran comida basura y helados. Ese tipo de princesas que parecen imperfectas, que las ves y no te llaman la atención porque no destaca, simplemente es una princesa no reconocida. Ese tipo de princesas que a simple vista parecen algo común, indiferente.  

Hace tiempo encontré una de esas princesas. Cuando la conocí, era una niña. Prácticamente era un trocito de pan, dentro de esos ojos que siempre la han caracterizado. Y sobretodo, detrás de esa sonrisa tan suya. 

Hace tiempo encontré una princesa con complejos, desilusiones y ganas de ser feliz. Una princesa con tejanos y sudaderas. Y muchos, muchos miedos. Hace tiempo encontré a una pequeña princesa que perdió la corona tantas veces que se le había perdido. 

¿Y qué fue de ella?

Muchos dicen que creció, otro que encontró a su príncipe. Y la mayoría de personas, dicen que aprendió a vivir de otra manera.

La pequeña princesa que encontré, de aspecto fuerte y luchador, sigue ahí. ¿No la ves? Sí, ha crecido. Quizás aun no ha encontrado al prícipe, pero sí a muchos sapos. Y por supuesto ha aprendido a vivir de otra manera. También tiene el pelo más largo, más oscuro y los ojos más bonitos. Ya no lleva máscaras. Ya no usa sudaderas anchas ni tejanos largos. Ya no tiene miedo a sentir, a luchar, ni ha crecer para hacerse mayor. Ya no es una pequeña princesa como antes. 

No sé si alguna vez habéis tenido la suerte de encontrar a una de esas princesas, que no vieven en los cuentos de hadas, que viven cerca de ti.

Yo ya he encontrado a mi pequeña princesa, sin tacones de aguja ni labios demasiado marcados. 

Esas princesas, con esos miedos y esas características, son unas princesas increíbles.

Mi princesa es increíble.

Perfect.

This is so perfect, for te time you look at this image, you don't know if it's a boy and girl, a girl and girl, a boy and boy, a black man and white girl, a white man and an asian girl, you know nothing. Just the simplicity of the connection and the beauty of two human beings sharing love and that is all that should ever matter. 

¿Nadie entiende lo que quiero?

No estoy desesperada por tener novio y tampoco muero por tener sexo todos los fines de semana. Lo único que quiero es a alguien que me comprenda, alguien en quien confiar, alguien que me bese, alguien que me abrace cuando tenga frío, alguien que me enseñe cosas nuevas, alguien con quien pueda compartir libros, alguien con quien pueda cantar mis canciones favoritas, alguien con quien pueda hablar por teléfono hasta tarde, alguien con quien vaya al cine, alguien con quien comer helado, alguien que me haga feliz. 

Que no estás.

No hay más palabras que decir, tampoco historia que contar. Lo que un día me llegó a mí, hoy ya no está. Creo que el amor nunca se va, solo pide libertad. Pero el destino decidió un vez más, a poco tiempo de sentir que eras todo para mí. Yo no pudo mencionar tu nombre y saber que no estás aquí. Estaba a punto de ir a buscarte y entregarte de nuevo el corazón. Estaba a punto de recuperarme y dejar de nuevo el dolor. No ha sido fácil saber que no vas a regresar, cómo me duele recordar que ya no estás. 

Los chicos perfectos, aburren.

Sé que nunca leerás esto, pero necesito expresar de alguna forma cómo me siento ahora.

Aveces, me pongo a leer todas nuestras conversaciones. Esas que duraban horas y horas. ¿Cómo olvidar las veces que me dijiste 'eres preciosa, y eres mía'? ¿Te acuerdas de las peleas de  'yo te quiero más'? Pues supongo que al final gané yo. Me dijiste que jamás me dejarías ir, pero hoy ya no estás. Llegaste cuando menos lo esperaba, pero te fuiste cuando más te necesitaba. 

Todos te van a fallar.

Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre con la verdad por delante. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas, y de los actos hay que hacerse cargo. Además, un día herí a alguien, y aprendí a pedir perdón. Viví un día triste, y cuando llegó la noche, me di cuenta que es más bonito reír que llorar. Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y luchas por lo que sientes. 

Después de muchos días, entendí que todos te van a fallar, pero tienes que encontrar las personas por las que valga la pena sufrir. 

Demasiadas cosas que decir en tan poco tiempo.

Ella tan sola, pensando que nunca volverá. La verdad es que no entiende dónde ha ido. Escucha a los mayores y todavía entiendo menos. No entiende que él siempre estuvo ahí, y siempre va a estar. Nunca la va a dejar sola, porque él la quiere mucho. Pero un día todo es amor se convirtió en tristeza. Él se había ido, y según los otros, no volvería. Se sintió tan sola... no lo entendía. ¿Dónde se había ido? ¿Por qué no volvería? Ella no había hecho nada malo, ella siempre se portó bien. 

Él, por supuesto, la extraña muchísimo. La pequeña. Su pequeña. Ya no pude abrazarla ni hablar con ella como antes. Pero sí puede verla... y ver como crece. 

Porque tú eres mi cielo.

No quiero morir, no quiero ir al cielo porque ya estoy en él. 

Rezaba para que pudiéramos acabar juntos. Al principio era como desear lluvia estando en el desierto. Pero me conformaba estando abrazada lo más cerca posible de ti. Porque tú eres mi cielo. Sigues siendo imprescindible para mí. Y lo más raro de todo, es que yo también lo sigo siendo para ti. No sé cuánto durará esto, es imposible saberlo. Pero, ¿sabes? Nunca podré decir que fuiste un error, porque me haces sentir la persona más feliz del mundo. 

Este es el último recuerdo que te dedico.

Me he cansado, no puedo más, estoy harta. Harta de que todo seas tú, ¿cómo he llegado a depender de ti? ¿En qué momento fuiste más importante que mi propia felicidad? Último recuerdo, lo prometo. Te voy a olvidar. No quiero recordar tantas sonrisas, tantas promesas, tantos abrazos, tantos te quiero, tantas mentiras. Sé que no va a ser fácil, pero es que me estás destrozando pro dentro. ¿Cómo pudiste olvidarme tan fácilmente? Te estoy pidiendo un último consejo, solo dime cómo voy a olvidar lo feliz que me has hecho. Estoy hundida, me he metido hasta el fondo de un mundo donde ya nada sabe sacar una sonrisa, donde ni la música anima. No estoy bien, y no encuentro ese punto de apoyo, ¿dónde estáis "amigas" cuando se os necesita? No es que ahora no estéis, es que simplemente nunca habéis estado. Cuando estábais mal... ¿quién os ayudó, quién os dio consejo, quién os animó, quién os comprendió? Yo. Siempre he estado ahí, y ahora me veo sola. 

Estoy cansada de decir que estoy bien.

A veces, lo único que necesito es que alguien me mire a los ojos y se de cuenta de que no, no estoy bien. Me pregunte qué me pasa, y aunque le responda un 'nada' me abrace y me diga 'tranquila, yo sé que no estás bien'. 

No es tanto pedir, ¿no? Me he hartado de luchar en por una guerra que perdí hace mucho, o de intentar ser todo lo que los demás quieren que sea. Lo siento si no cumplo las expectativas de otros, porque mi prioridad es cumplir las mías. Estoy cansada de que me prometan el cielo y luego no me den nada. O que me prometan estar siempre a mi lado, y luego cuando les necesite salgan huyendo. Si no están en los malos momentos, en los buenos no quiero que estén porque sobran. 

He encontrado solución a todas mis dudas. Me he dado cuenta de la realidad, y era como yo temía. Tengo ganas de desconectar un tiempo para saber quién va a venir a buscarme, quién me va a echar de menos. Quién va a preguntar dónde estoy. Es posible que pida demasiado, solo quiero quitarme la mitad del dolor de todo lo que he llorado, y no vivir preocupada con prisas por amar, quizás solo lo encuentre cuande deje de buscar. 

¿Amigas? No estoy sola, simplemente es que a veces no me ayudan como quiero que lo hagan. O simplemente sí, algunas desaparecen porque no quieren saber nada. 

'' Él es demasiado bueno como para ser verdad. ''

Justo después de pensar eso me di cuenta de que, como siempre, él era igual que todos. Me estaba volviendo a equivocar.

Querer.

Yo quise: Tiempo pasado

Yo quiero: Tiempo presente

Yo querré: Tiempo futuro

Yo quise sin ser querido: Tiempo perdido

Pregúntale a él.

- ¿Dónde está?

- ¿Quién? -pregunta sin levantar la vista de la foto que sostienen sus manos.

- La chica que siempre venía con sus ojos brillanets y su maravillosa sonrisa. ¿Dónde está esa chica que por muy mal que le fueran las cosas sonrería alegremente y te decía "estoy bien"? La chica que siempre te decía que hay que arriesgar para poder ganar, la que con un chiste malo podía pasarse todo el día riendo, la que nunca se rendía, que siempre luchaba y no dejaba ser pisoteada... ¿dónde está?

- Estoy aquí... -acaricia con su pulgar la cara de ese chico tan mono que sale en la fotografia. Y con la otra mano se limpia la lágrima que le ha salido de imporvisto. 

- ¿Aquí? ¿Dónde? Yo ahora mismo solo veo a una chica con la mirada triste, apagada. Mírate los ojos, están deseando romper a llorar. Y esa sonrisa... esa sonrisa fingida, con una expresión de que todo de igual. Pero mí no me engañas. Vamos, dime dónde está la chica que siempre era feliz.

Se queda callada. No quiere responder. Pero en el fondo está desenado contestarle un: "Pregúntale a él..."

Jamás podré decir que no te quise.

El tiempo pasa y hemos cambiado. Nosotros, los de siempre, ya no somos los mismos. Ya no podría decirte cuando fue la última vez que vencimos al inevitable aburrimiento de los Domingos. 

Siempre me hacías quedar como la mala, y nunca te dije nada. "¿Os pasaréis luego por el bar?", siempre me mirabas a mí y antes de que pudiera dar mi opinión te apresurabas a responder con un simple: "No le apetece". Y dabas por zangado el asunto, sin ni siquiera poder dar una excusa con solidez. No. Siempre era yo, la encargada de ser responsable, de actuar como una madre cuando dejabas de "controlarlo" todo. Siempre fui yo la encargada de hacer todo lo que tú no querías. "Le dije a mi amigo que podríamos ir a su cumpleaños porque estabas enferma", ¿te suena? Era una de tus excusas más usadas. Enfermaba con mucha facilidad estando contigo. Pero no es solo culpa tuya. Yo lo consentí, todo. No me importaba ser la mala a los ojos de todos, ¿y sabes por qué? Porque era la mala, pero estaba a tu lado. 

Su voz es la mejor música.

Entonces fue el momento en el que mi corazón ya no podía ir más rápido ni más fuerte. Él estaba allí delante, jodidamente perfecto, mientras yo casi no podía respirar. Y con sus aires de superioridad, aunque con un pequeño toque de vergüenza, soltó un 'hola' y fue cuando yo me enamoré de su voz, de su música.

Las cosas no son lo que aparentan.

Huye por las calles más oscuras y conflictivas de la ciudad. Algún traficante de drogas pasenado y algún cliente ansioso e intranquilo andan por allí. Coge con fuera su abrigo. No le gusta esto de huir, pero tampoco hay demsiadas opciones. Cree haberlo despistado, pero no puede permitirse el lujo de parar. Sus pulmones empiezan a pedirle oxígeno, urgente. Siente que se está muriendo, casi no puede respirar. Necesita parar y descansar, pero sabe que no puede. Coge el móvil, sin cobertura. Sigue corriendo. Pero sabe que no va a poder llegar mucho más lejos, así que decide esconderse destrás de un coche mal aparcado. Se deja caer al suelo, cansada. Su respiración, entrecortada, vuelve lentamente a la normalidad. Vuelve a coger el móvil. Dos rayas. Cruza los dedos y marca. Un pitido, dos... No espera a que le hablen, se adelanta con desesperación.

- Necesito ayuda, tenías razón. Estoy en... -mira a su alrededor. La verdad esque no sabe donde está-. Dos calles más arriba de mi casa. Está oscuro, no hay nadie por aquí... Por favor...

Se corta. Adiós cobertura, y adiós bateria. Mira el teléfono y lo estrella con rabia en el suelo. Se tapa la cara con las manos y rompe a llorar. De fondo, se escuchan los coches y... ¿qué es eso? Los pasos rápidos y ligeros de alguien. Traga saliva y se queda quita. Los pasos cada vez suenan más fuerte, más cerca. 

Una sierna de policia suena, cada vez más cerca. Reza a todos los dioses que pueden exisitir y espera. Solo espera. No puede hacer otra cosa. Los pasos paran de golpe y un portazo de un coche se escucha cerca. 

- ¡Alto! -grita una voz desconocida.

Asoma tímidamente la cabeza, espera no equivocarse. Y lo ve, ahí, quieto. Lo observa, y ve como gira la cabeza y se encuentra con sus ojos, los que antes tenían odio, ahora parece que tengan amor, desesperación. Se levante del suelo y sale, corre detrás del policia y vuelve a llorar mientras observa como el policia que hay fuera del coche lo esposa. 

Se lo llevaron, y desde ese día es una persona nueva. Sin miedos, con ilusiones. Nadie diría hoy que esta mujer, alegre y risueña, fui víctima de la violencia de género. 

Aprende a nada antes de que te hundan.

Debes caer para saber lo que es levantarse. Debes quedarte solo para apreciar la compañía. Debes llorar para saber lo que es reír. Deben herirte para que otro te curen. Dbes quedarte a oscuras para que te alumbre quien de verdad quiere iluminar tu vida. Porque en el camino encontrarás personas que quieran hacerte daño, pero también encontrarás personas que quieran ayudarte a seguir adelante.

El primer todo.

El primer beso. Los primeros miedos. El primer 'no te vayas nunca'. El primer 'adiós' con sabor a 'ojalá vuelva pronto'. El primer ataque de celos que terminó con ese 'eres mía y punto'. El primer 'te quiero'. La primera sonrisa. La primera lágrima. La primer discusión. La primera reconciliación. El primer concierto juntos. El primer despertar. El primer 'me da igual el mundo si no estás tú'. La primera vez que miró a otra, me volvió a mirar a mí y sonrío. Las primeras cosquillas. La primera vez que no dejabamos de reír. Los primeros 'esto no tendrá fin'. La primera vez que calentó mis manos en invierno con su calor y se burló de mi nariz congelada. El primer viaje. 

Y la seguna, tercera, cuarta e infinita vez que todo eso se repitió. 

Esto es una realidad.

¿Alguna vez te has fijado en las huellas que dejan las lágrimas?
¿O en lo despacio que caen, una tras otra?
¿En cómo crean nuevos caminos, desde tus ojos hasta tu boca, donde terminan muriendo?
No tiene mucha lógica, la verdad. Se supone que cuando lloras en silencio, quiere decir que nadie te escucha, ni nadie lo siente. Nadie se da cuenta. Se supone que no gritas, que casi no emites ruidos ni caen lágrimas. Es el rencor y el odio lo que expulsas cuando lloran en silencio. Son las ganas de tirarlo todo, de hundirte y ser infeliz. Ganas de tocar fondo.
Y llorar de verard, es gritar. Lágrima tras lágrima, aquello que en algún momento te ha hecho daño. El primer desamor, la primera despedida, la primera despedida, la primera amistad perdida. Os describiría como se siente alguien cuando todo el mundo siente que lo está pasando mal; cuando te miran, sin entender que es eso que tanto daño te causa. Viendo como sufres, como esas gotitas de cristal forman los caminos de antes, Como el rímel se va a la mierda, el carmín de los labios se pierde. Las mejillas se sonrojan, los ojos se hinchan, la mirada se vuelve dolorosa. Os describiría que se siente al gritar te odio. Al mirar a la cara a esa persona que tanto te ha ayudado, y sentir asco. Perder todo lo que antes formaba parte de tu vida, de ti. A decir adiós atodo lo que antes te hacía feliz.
Pero me sigue pareciendo ilógico. Porque yo he llorado en silencio y he gritado. Me han mirado como si fuera una loca, me han dicho que exagero. Y he gritado, he sentido, he querido morirme. He dicho que me sentía todo lo que un día ellos me dijeron. Me he limpiado las lágrimas porque me ahogaba en ellas.
Esto es una realidad, quizás. Miles de chicas con miles de problemas lloran ahora en sus casas. Lloran sin consolación, viendo pasar sus vidas. Mientras esas lágrimas captan sentimientos, palabras, emociones que nadie puede captar. Hay miles de chias que quieren dejar de mirar las coses tras las lágrimas.
¿Te has fijado en lo brillante que se vuelve tu mirada, después de llorar?
¿O en lo difícil que es ocultar que lo has pasado mal?
¿En la extrañan sensación que se siente, después de haber gritado, que eso te dolía?
¿Lo has sentido?
Yo también.

Carta a mi 'yo' del futuro.

Sé que ahora estás llena de reponsabilidades, de días en los que no encuentras ni tiempo para tí. Pero sigues siendo tú, la que un día fui yo. Con esa mirada llena de vida. 

He visto cómo te has caído, pero también he visto cómo te has levantado siempre. He visto como tenías que despedirte de personas con lágrimas en los ojos y con tantas cosas por decir, que no te dieron tiempo. Supe en tu mirada cuando encontraste a tu primer amor, ese chico que parecía perfecto y se terminó conviertiendo en un chaval odioso. Estube presente en todas tus locuras, cada día. Y aunque ahora has cambiado, por dentro sigues siendo igual; una chica que lucha por sus sueños. Una chica que quiere llegar a ser una gran periodista, pero no de esas que se hacen famosas por sus relaciones, si no de esas que se hacen famosas por su profesionalidad. Esa chica que cuida a las personas que se han ganado un pedazo de ti, y no olvida a las que la han herido. Disfruta de todo lo que te pase en la vida, porque llegará un momento en que no podrás hacerlo. 

Querida yo, te escribo porque he sentido lo mismo que sientes tú y porque he vivido lo mismo que vivies tú. 

Catalunya triomfant, tornarà a ser rica i plena.

(Es la primera y última entrada que hago en catalán, aunque me gustaría hacer muchas más)

La pregunta és senzilla: fins quan haurem d'aguantar a un país que no ens vol, però tampoc ens deixa marxar? 

Ahir va ser la final de l' Eurocopa i vaig haver d'escoltar comentaris en contra de Catalunya i a favor d'Espanya sense cap mena de sentit. Parlen per parlar. No saben que sense Catalunya, Espanya s'enfonsa? És divertit veure com alguns catalans celebren la victòria d'un país que els critica, que els humilia. Només cal mirar TeleMadrid o Intereconomia, aquests si que parlen per parlar. Es creuen superiors als catalans, como si fóssim d'una altre espècie. És trist compartir el mateix aire que respirem amb aquesta classe d'humans que no es mereixen ser persones. Un cop, mirant un programa espanyol vaig sentir que li preguntaven al convidat: "¿Prefieres que tu hijo sea homosexual, negro o catalán?". Perdona? Què hi ha de dolent en ser homosexual? O negre? O català? És creuen superiors, i creuen que tenen dret a tracatar-nos com si no fóssim res, com si no tinguéssim valor. Quan el poc valor el demostren ells. 

És evident que els catalans no som perfectes, però tampoc necessitem ser-ho. Demostrem ser més persones. 

Ahir, amb la final de futbol, em vaig adonar que hi ha milions de persones que s'obliden de com de malament va tot i dels problemes. També m'he adonat de la hipocresia que hi ha. Avui Xavi Hernàndez, Iniesta, Piqué i molts jugadors del Barça són herois, però la temporada següent, quan tornin a vestir amb l'equip blaugrana, tornaran a ser uns "putos culés" o algun també uns "putos catalanes". Doncs això, és vergonyós. 

Deixar que Espanya ens governi o pugui amb nosaltres es com deixar que el llop vigili les gallines. No tenim per què acabar sotmesos per un país que no ens mereix. Amb la lluita s'aconsegueix la llibertat; i que surtin sols de la crisis, sense la nostra ajuda que tant necessiten encara que no ho admeten. 

Bon cop de falç, bon cop de falç, defensors de la terra. Bon cop del falç.

Que tremoli l'enemic, en veient la nostra ensenya. Com fem caure espigues d'or, quan convé seguem cadenes. 

Mierda de sociedad.

Si comes estás gorda, si no comes anoréxica. Si bebes era una alcohólica, si no bebes eres una aburrida. Si lees eres rara, si no lees eres una ignorante. Si cuentas un secreto buscas atención, si no, también buscas atención. Si dejas que se te acerquen eres una chica fácil, si no, te crees demasiado. Si fumas te crees importante, si no fumas eres una perdedora. Si lo has hecho eres una puta, si no lo ha hecho eres una estrecha.

Julio con J de Joder que calor hace.

Lo que más me jode del calor que tengo, es que no está provocado por ti.