¿Y si nos cambiamos los papeles? ¿Y si ahora eres tú el que espera ansioso mi llamada? No te gustará la sensación de ser siempre la segunda opción, la que siempre está ahí cuando no hay nada mejor. No te va a gustar quedarte encerrada en casa pensando que quizás llame para vernos. No te gustará que se rían de ti.
Estoy harta de tener que depender siempre de ti. De que me digas 'te quiero' y no estar segura de hasta cuándo. Estoy harta de que estés por encima de todo y no tengas nada por encima de ti.
Sí, ¿para qué negarlo? Lo he pasado realmente mal por ti. Y ahora veo que yo he tenido la culpa, por perdonarte una y otra vez. Y cuánto más te perdonaba, más daño hacías. Y ahora que estoy hundida, es cuando te alejas y me doy cuenta. Que por tu culpa me duele respirar, me duele oír latiendo a mi corazón porque me recuerda que tengo que vivir. Que no es opcional. Necesito ir más despacio, solo eso. Necesito sentirme bien sin ti, necesito no escuchar tu nombre en mi cabeza. No es bueno entregarlo todo a alguien que no es capaz de cuidarlo. Me dolía no poder parar lo que sentía por ti, necesitaba decir basta y que se cumpliera. Pero nunca pasaba, nunca acababa. Necesitaba darme cuenta de que ya no eres lo que eras. Que cambias según tus compañías. Me torturaba a mi misma haciéndome creer que ibas a volvar a ser el de antes, que todo iba a ser como antes.
Me he dado cuenta que ya no vas a venir más a buscarme. Que ahora tienes otras preferencias, como siempre. Me he dado cuenta que nunca fuiste el hombre de mi vida, que me engañaba a mi misma.
Ya no quiero volver al pasado para revivir la misma mentira de la que no era capaz de salirme. Hoy quiero que hagas lo de siempre, tenerlas a todas engañadas, pero a mí ya no.
Te quiero, pero ya no como lo hacía antes.
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