dilluns, 2 de desembre del 2013

Diecisiete.

He visto a una estrella nacer de tu ombligo para luego convertirse en el centro de mi universo. He viste a gigantes hacerse diminutos para poder besar tus pies, y no la luna. He creído en sueños imposibles, en cuentos de hadas, y en el amor. Esto último, además, lo convertí en mi religión. He mirado al cielo contigo, y después al cielo sin ti, solo para ver cómo sería tener tus ojos. He imaginado en segundos una vida entera a tu lado, para luego darme cuenta de que no existe mejor futuro que conjugarte en mi presente. Y no hay mejor manera de vivirte que la de temblar cada día por saber que puedo perder pero también tenerte. He tenido miedo contigo, y miedo de ti... miedo de lo importante que te has hecho para mí. He leído cientos de poesías observándote dormir. Y hoy, puedo decir que no existe mejor antología que la de ser tu amiga, además de tu niña pequeña. Y es que llevo dieciséis años buscando el verso perfecto y por fin lo he encontrado, solo lo componen tres palabras... y me la escriben tus manos cada mañana. 
"Buenos días, pequeña"
"Buenos días, mi amor"

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada