Como siempre me pasa, no sé empezar las cosas, y tampoco me gusta acabarlas.
Para qué voy a mentir, a todos nos acabarán olvidando, y para eso no hace falta morir. Lo gracioso es que solo uso esa teoria cuando tengo el agua de la duchar tan caliente que arde sobre mi piel. Sí, yo tampoco aguanto este pesimismo cada día, pero si se me permite, últimamente se me repite ese sentimiento de querer resetear mi historial de vida. Y lo triste de todo es que a estas alturas del mundo, con gritar y apagar el móvil basta. Y sí, el olvido y perder la memoria es mi mayor miedo, pero a veces quisiera que nadie intentara recordarme ni quién soy ni qué debería hacer, porque todo lo que soy me recuerda siempre a ti. Y quema no ser nada para quien, para ti, lo es todo. Soy consciente de que el amor mata, pero, oye, de algo tendré que morir.
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