divendres, 28 de setembre del 2012

Llega cuando menos lo esperas.

Hacía relativamente poco que nos conocíamos. Poco para los que creen que sólo se puede confiar en alguien con un mínimo de un par de meses, o más; y mucha para los que creen que en una sola noche puedes conocer bien a una persona. Pero era fácil sentirle, era fácil creer en aquellos ojos que me decían tanto, y en aquella sonrisa que era imposible de describir con palabras. No suele pasarme muchas veces, o casi nunca, pero cuando me dijo su nombre no puede evitar quitármelo de la cabeza en días. Con lo difícil que era que alguien conseguiera ganarme y más aún en pocos días, pero así fue, lo hizo y yo me dejé. Quizás fue porque hacia mucho que no me decían cosas tan bonitas, o, porque simplemente, necesitaba sentirme querida por alguien. Pero llegó él, con su "vivo lejos, pero podemos superar cualquier distancia", con sus "te echo de menos" que me hacen llorar, y con sus "¿te vas ya? quédate un poco más, anda" que siempre me sacan una sonrisa.





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