- Te quiero -habló con seguridad, mirándola a los ojos, mientras sus manos sonstenían las suyas, que temblaban por las bajas temperaturas que hacía aquel día.
Pero ella, como siempre, solo sonreía. Nunca contestaba. Nunca decía "yo también te quiero", o un doloroso y simple "gracias". Se limitaba a sonreír y apartar la mirada. La verdad, nunca le gustó decir te quiero.
- ¿Por qué nunca me dices que me quieres? -quiso saber él, sin dejar de mostrar esa gran seguridad en sus ojos.
- Porque... -hizo una pausa para pensar. Pero no necesitaba pensarlo.
Él la miró, esperando una respuesta que parecía no llegar nunca. Le apretó sin demasiada fuerza las manos, para que despertara de su estado de "shock", para que volviera ahí, con él. Para que le contestara lo que llevaba demasiado tiempo queriendo saber.
- Porque tengo miedo de decirte que te quiero, y que me preguntes el por qué. Y que yo no sepa contestarte. Que no me salgan las palabras que llevo preparándome para este "discurso" desde hace tanto tiempo. De quedarme sin voz por los nervios, y de parecer tonta.
- ¿Y por qué no lo intentas ahora? -preguntó, sereno. Pero, en realidad, se moría de ganas de comérsela. Era tan dulce, tan tierna. Tan todo. Tan perfecta para él. Y, sobretodo, tan suya.
- ¿Prometes no reirte de mí si me quedo callada, si me pongo tan nerviosa que las palabras me salen atropelladas de la boca, o si hablo tan rápido que no conseguies ni entenderme?
- Lo prometo -le habría gustado añadir a esa frase un "pequeña" o un "princesa", pero sabia que no debía. Que eso solo la pondría más nerviosa.
Ella, que creía que ocultaba tan bien sus nervios cuando estaban juntos. Él, que nunca se le pasaba por alto cómo temblaban sus piernas cuando le llamaba con nombres cariñosos, o simplemente, cuando la miraba y sonreía.
- Pues, te quiero porque... porque eres tú -apartó la vista de él, y suspiró. Volvió a mirarle a los ojos después de haberse calmado un poco-. Te quiero, simplemente por ese único motivo, que viene provocado por muchos más. Te quiero por cómo sólo tú eres capaz de mirarme, sin ganas de quitarme constantemente la ropa. Que sé que tú no me ves como la tipica chica fácil, no. Que para ti soy algo más, mucho más. Igual que tú para mí. Te quiero porque tú, eres el único que puede hacerme reír cuando he tocado fondo. Te quiero, porque te echo de menos hasta cuando nos despedimos. Te quiero, porque me pones de los nervios con tus sonrisas irónicas, tus sonrisas encantadoras. Te quiero, porque eres la persona más importante en mi vida, por encima de mí. Te quiero, porque puedes elegir a cualquier chica, y aún así, me eliges a mí. Y te quiero, porque... joder, porque sí. ¿No te ha quedado ya bastante claro? ¿No? Pues te lo repito. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Y ahora, te lo voy a repetir siemper que me lo pidas, porque ya no tengo miedo a nada. No, si tú estás conmigo.
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