dimecres, 20 de juny del 2012

Sin ti, esto no encaja.

Y cambias. Dejas el mundo a un lado para fijarte solo en él. En ese estúpido y egocéntrico que te mira con superioridad. En ese que te ve con tus amigas y las mira a ellas, y no a ti. Ese que no deja a un lado sus malos hábitos. Ese por el que matarías por cada centímetro amargo de su boca. Por cada lágrima que suelta y por cada sonrisa pícara. Por su cuerpo. Porque, quizás no sea perfecto, pero le falta poco para serlo. 
Y entonces lo sabes, te das cuenta que te has enamorda. Lo ves y, esa sonrisa tonta que aprece en tu cara. Te vuelve loca. O cuando se acerca, y te tiemblan las piernas. Una simple caricia te provoca ese cosquilleo que inunca tu cuerpo y te vuelve débil. Ante él, eres indefenda, y lo sabe. Pero, cuando vuelves a ser tú y re recompones, intentas disimularlo. Le coges del cuello de su camiseta y le gritas barbaridades. Le dices que es un cínico, que no le quieres. Le gritas de todo. Pero... no puedes. No haces nada de lo que has dicho. Lo  único que puedes hacer es esperar sentada a que te abrace. A que te diga que te quiere, y que quiere fugarse contigo. Que quiere salir de lo habitual. Que quiere ser el primero y el último. Que quiere hacerte feliz, y sí... ¿por qué no? También quiere tener hijos contigo.
Y esperas cada día, esperas poder volver atrás. Quieres cambiar vuestras conversaciones. Que te deje de hablar de 'sus noches' y 'sus chicas'. Que pare de repetir que es joven y que no quiere compromisos. Que cuando se te acerque, no sea para hacerte una broma. Que deje de comportarse como el chico perfecto. Que grite que me quiere, que sin mí no puede. Que haga locuras.
Esperas que algún día se de cuenta de que sois perfectos el uno para el otro. Y que la vida no sirve de nada si estáis separados. Porque sois como dos piezas de puzzle, y si estáis separadas, todo lo que hay en vuestro alrededor, no encaja.



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