Pregúntale a él.

- ¿Dónde está?

- ¿Quién? -pregunta sin levantar la vista de la foto que sostienen sus manos.

- La chica que siempre venía con sus ojos brillanets y su maravillosa sonrisa. ¿Dónde está esa chica que por muy mal que le fueran las cosas sonrería alegremente y te decía "estoy bien"? La chica que siempre te decía que hay que arriesgar para poder ganar, la que con un chiste malo podía pasarse todo el día riendo, la que nunca se rendía, que siempre luchaba y no dejaba ser pisoteada... ¿dónde está?

- Estoy aquí... -acaricia con su pulgar la cara de ese chico tan mono que sale en la fotografia. Y con la otra mano se limpia la lágrima que le ha salido de imporvisto. 

- ¿Aquí? ¿Dónde? Yo ahora mismo solo veo a una chica con la mirada triste, apagada. Mírate los ojos, están deseando romper a llorar. Y esa sonrisa... esa sonrisa fingida, con una expresión de que todo de igual. Pero mí no me engañas. Vamos, dime dónde está la chica que siempre era feliz.

Se queda callada. No quiere responder. Pero en el fondo está desenado contestarle un: "Pregúntale a él..."