Me niego. Me niego a ver a esa pequeña niña rubia de ojos azules, llorar. Me niego a verla entrer al instituto y que la hagan sentirse mal consigo misma. Me niego a que la juzguen por sus gustos, a que la traten mal por se diferente a las demás. Me niego a ver que no se sienta querida, porque yo la quiero. Me niego a verla crecer, porque ayer era solamente una criatura. Porque ayer corría por las calles para desgastar las zapatillas, porque lloraba cuando le ponía una canción triste. Porque solo era una niña que me obligaba a ver el especial de los Simpsons todas las Navidades, aunque nos lo sepamos de memoria.
Me niego a que este año no me obligue a verlo. Porque verlo, no es nada comparado con verla crecer. Porque en algún lugar de su corazón, sé que es tan sensible como yo. Y también sabía desde la primera vez que la miré a los ojos que, aquellos cuatro meses menos no iban a significar nada. Y también sé ahora cada vez que la miro a los ojos que no quiero que la hagan sufrir. Que quiero que sonría como lo hacía antes, como cuando aún éramos niñas. Porque ahora sé que de sus ojos azules brotarán lágrimas cuando entre en su casa y vuelva a su infierno. Y solo puedo rezar para que no tenga que pasar por lo mismo que yo, para que siga impresionada cuando mire lo bonita que es la luna llena. No dejaré que la hagan daño, y menos que rompan su corazón. Porque nunca estará sola, a pesar de estar lejos.
Daría lo que fuese para que estas navidades cuando esté en cada de mis abuelos, durmiendo muerta de frío, me agite mientras diga "¡Despierta!", para que no esté mucho rato durmiendo y pasar más tiempo juntas; porque recuerde cuando el abuelo entra en casa para darnos chocolate; daría todo lo que tengo para que no se levante un día y no recuerde cuando corríamos por la casa con los pies descalzos o nos sentábamos en las escaleras a jugar. Yo lo sigo recordando. Porque daría todo lo que tengo, una vez más, para que ella nunca sepa lo que es llorar hasta que se te nublan las ojos y no puedes ver nada porque las lágrimas lo cubren todo mientras caen al suelo.
Ahora todo es divertido, no tienes errores de los que arrepentirte, el mundo está de tu lado, no estás rodeada por las normas de la sociedad. No hay problemas que te quiten el sueño. No quieras crecer.
Porque solo es mi prima, mi prima cuatro meses menor. Pero es una prima, que se parece a mí como si fuese una hermana. Será una payasada para vosotros, pero es una payasada de una chica que no quiere ver a su prima crecer ni hacerse fuerte a base de golpes y dolor.
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