- Te echo de menos -dijo casi en un susurro desde el otro lado del móvil.
- Yo también -contestó ella, mordiéndose la boca.
- ¿Sabes qué me gustaría?
- ¿Qué te gustaría? -preguntó ella.
- Darte un beso, ahora mismo.
- A mí también me gustaría -contestó casi sin darse cuenta.
- Encontes, ¿podrías colgar el teléfono y abrirme la puerta?
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