dimecres, 11 de desembre del 2013

"No es que sea mi trabajo, es que es mi idioma."

Hola... últimamente me he malacostumbrado a escribir todo lo que debería decirte, pero no sé si es por orgullo, por cabezonería o por vergüenza que únicamente consigo ser la "yo" de verdad y que dice las cosas que piensa aquí. 
Solo quería decirte que lo siento...
A pesar de que las cosas no siempre nos vayan como me gustaría y que todavía tengamos que pasar por muchas más discusiones... me dará igual. Con solo verte reír después me basta, es lo que me hace feliz. Y es verdad que una mirada distinta, algún gesto más frío o una contestación borde... se clava tanto hasta hacer daño. Pero amor, ahí está la magia. La magia de hacernos daño, de querernos tanto, de aguantar, de poder. Porque hasta cuando te tengo enfrente te echo de menos; no imagino qué sería de mí si algún día te vas lejos. Iría donde fuera por ti. 
Siento no haber estado a la altura en muchas ocasiones, o no haberte dado todo lo que te mereces. Siento no haberte escuchado, no haberte hecho caso y no haber ido corriendo detrás de ti todas las veces que nos hemos peleado. Solo pido que no recuerdes las cosas que no te he dado, y que te quedes con todo lo bueno. Y es que quedan tantas cosas por contarnos, tanto ratos y planes que vivir a tu lado... 
Y, mira, ojalá que nuestros ojos sigan brillando cada vez que nos vemos mañana y treinta años más. Que tú voz siga pidiéndome a gritos que nunca te deje... Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo, aunque me cuesta y a veces no sea capaz de pedir perdón... porque no sé, porque no puedo. Porque... entiéndeme, me han hecho tantísimo daño al ir detrás de la gente que ya me da miedo correr detrás de alguien más. Pero por ti lo haría. Por ti correría a ciegas si hiciera falta. No te quiero perder por mi ego ni por mi orgullo. 
Solo quiero verme cada día de mi vida a tu lado... no deseo nada más. 
Y perdón, una vez más, por no saber ser todo lo que te mereces. 
Te quiero. 

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