dimecres, 25 de desembre del 2013

Te quiero a tres tonos a Mi, La, Do.

Se acerca fin de año y debería empezar a redactar la lista de personas a las que me toca agradecerles cosas y a las que quiero seguir teniendo al lado en el próximo año. Pero no puedo pensar en nadie más que no sea ella, mi cabeza no deja espacio a otras cosas que no tengan que ver con es persona que no está, pero nunca falta.
Y ahí estás tú, al otro lado de los kilómetros; al otro lado del teléfono que comunica después de haber colgado, pero yo soy incapaz de despegar la oreja; al otro lado de la pantalla que parece que se ríe de mí y me chilla lo lejos que te tengo.
Y aquí estoy yo, junto al lado vacío del sofá; junto a ese café que me ayuda a calmar las ganas de tenerte; junto a mi amarga soledad y la constante tristeza que me recuerda el daño que me hace no tenerte.
Y el teléfono sigue comunicando, y yo sigo siendo incapaz de apartar la oreja. Y rompo en llanto, en nostalgia y emoción. Emoción por estas fechas, que siempre pasábamos juntas. Que tus padres me adoptaban en casa, y los míos te esperaban con tus regalos que los Reyes Magos habían dejado en el salón de mi casa. Cuando nos peleábamos porque yo quería tus muñecas y tú querías jugar más rato, cuando nos fugábamos de casa y nos escondíamos en el ascensor, y nuestros padres nos amenazaban con quitarnos el chocolate caliente que siempre terminaba tirándote encima porque no me hacías caso cuando te decía que dejaras de tocarme el pelo. Y todas las veces que nos quedábamos en casa, sin hacer nada, sin hablar, porque solo con mirarnos ya nos los decíamos todo. Eras mi vecina, mi compañera de pupitre en clase, mi consejera, mi enemiga cuando teníamos que decidir quién la paraba al escondite, mi mejor amiga y mi hermana. Y ahora... ahora ya no estás.
Acostumbrada a verte 20 horas al día desde pequeñas... y ahora hace séis años que ya no estás, y todavía no me he acostumbrado a no tenerte.
Quiero verte, quiero reírme de los kilómetros que nos separan y tenerte a mi lado. Estar a tu lado y que sobren los teléfonos y las pantallas. Llenar el lado vacío del sofá y cambiar el café por abrazos. Cambiar los "necesito verte ya" por los "no recordaba que fueras tan fea desde tan cerca". Cambiar mi amarga soledad y constante tristeza por risas y tardes juntas.

Dicen que lo bueno se hace esperar y ten claro que a ti te espero lo necesario. Con dolor, con ansiedad, con impotencia, pero sigo esperando. Aunque el dolor parezca infinito, nada puede matarme.
Porque sé que al final del abismo estarás tú, al lado de los kilómetros, al lado del teléfono, al lado de la pantalla.
A mi la do.

Feliz Navidad.

Por los tiempos de los tiempos, por los siglos de los siglos, que lo que escribo siga hasta cuando ya no esté, como polvo en este aire que respiras sin querer. Que en días de melancolía te levante este texto, que te haga mirar al frente si no eres capaz de hacerlo por ti sola. Porque si miras las cosas desde un lado más positivo serás capaz de sentir que no estás solo. Y como comprenderás, no todo es felicidad, pero tú empieza a pensar en cómo vas a afrontar ese palo, esa decepción o esa caída. Porque si caíste es porque antes estabas arriba y puede volver a estarlo. Y la vida para mí no es más que un sueño, es una droga de diseño; que te metes cuando quieres y te sales cuando puedes.
Solo quiero dejar claro que luches por lo que quieres.  

dimecres, 11 de desembre del 2013

"No es que sea mi trabajo, es que es mi idioma."

Hola... últimamente me he malacostumbrado a escribir todo lo que debería decirte, pero no sé si es por orgullo, por cabezonería o por vergüenza que únicamente consigo ser la "yo" de verdad y que dice las cosas que piensa aquí. 
Solo quería decirte que lo siento...
A pesar de que las cosas no siempre nos vayan como me gustaría y que todavía tengamos que pasar por muchas más discusiones... me dará igual. Con solo verte reír después me basta, es lo que me hace feliz. Y es verdad que una mirada distinta, algún gesto más frío o una contestación borde... se clava tanto hasta hacer daño. Pero amor, ahí está la magia. La magia de hacernos daño, de querernos tanto, de aguantar, de poder. Porque hasta cuando te tengo enfrente te echo de menos; no imagino qué sería de mí si algún día te vas lejos. Iría donde fuera por ti. 
Siento no haber estado a la altura en muchas ocasiones, o no haberte dado todo lo que te mereces. Siento no haberte escuchado, no haberte hecho caso y no haber ido corriendo detrás de ti todas las veces que nos hemos peleado. Solo pido que no recuerdes las cosas que no te he dado, y que te quedes con todo lo bueno. Y es que quedan tantas cosas por contarnos, tanto ratos y planes que vivir a tu lado... 
Y, mira, ojalá que nuestros ojos sigan brillando cada vez que nos vemos mañana y treinta años más. Que tú voz siga pidiéndome a gritos que nunca te deje... Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo, aunque me cuesta y a veces no sea capaz de pedir perdón... porque no sé, porque no puedo. Porque... entiéndeme, me han hecho tantísimo daño al ir detrás de la gente que ya me da miedo correr detrás de alguien más. Pero por ti lo haría. Por ti correría a ciegas si hiciera falta. No te quiero perder por mi ego ni por mi orgullo. 
Solo quiero verme cada día de mi vida a tu lado... no deseo nada más. 
Y perdón, una vez más, por no saber ser todo lo que te mereces. 
Te quiero. 

dilluns, 9 de desembre del 2013

Soy las palabras que voy a decir y tú los oídos con los que las vas a escuchar. Soy un libro abierto ante tus ojos, y tú la página marcada de mi libro preferido. Soy un calcetín en el cesto de la ropa sucia, y tú mi pareja esperando en el fondo del armario. Soy un bosque teñido de marrón y verde y tú la lluvia que me aviva.
Eres mi agua cuando tengo sed, y yo un desierto queriéndote beber. Eres el amor que pude hacerte con las manos, yo las ganas de correrte la vida con poesía.
Soy quién esperaría toda su vida por sentirte y tú el ángel que apareció sin alas, volando raso a mi lado. Soy los arañazos de mi propio corazón, y tú la saliva que los cura con un millón de besos.
Eres el "ojalá" cumplido, con el que sueñan las estrellas, y yo un telescopio para encontrarte en la constelación perdida. Eres el "nunca" que prosigue a mi "no te vayas".
Soy un diccionario con faltas de ortografía, una receta salada que termina siendo dulce. Soy la chica que nunca termina bajando del tren, una película en blanco en negro por recortes en el presupuesto.
Y tú... tú eres mis 27 letras del abecedario, mi dieta preferida, el tren de donde no quiero bajarme, la película de mi vida.
Somos una novela escrita en verso. Somos manta y sofá. Palomitas y chocolate. Somos un Nutella y Nocilla. Somos Bonnie y Clyde en busca de aventuras. Somos la mezcla perfecta.
Eres mi tiempo, eres mi mejor canción cuando te ríes, mi devoción de no querer dejar de verte. Eres los mejores días de mi vida. Y eres mi vida... serás mi vida.

Feliz Navidad. Y gracias por el regalo anticipado.

Queridos Reyes Magos, os escribo esta carta para deciros que este año no hace falta que paséis por mi casa. Renuncio parcialmente a mi derecho de la Navidad. 
Yo ya he besado sus labios, ya he dormido pegada a él, ya he probado la magia. Sería egoísta por mi parte pedir tan siquiera unos gramos más. Dársela mejor a alguien que aun no la conozca. 
Si os escribo esto es para decirlos que vosotros, que no conocéis su piel, no tenéis ni idea del producto que vendéis. Mi ilusión ya no es esperar a que amanezca para abrir unos cuantos paquetes. Mi ilusión ahora es despertar a media noche y ver como tu propio sueño se ha quedado dormido y se desvela y se acuna de nuevo en tu cuerpo para volver a dormir. 
Qué sabréis vosotros de dar la vuelta al mundo en tan solo unas horas sino habéis dado una vuelta por su espalda. Para descubrir que es ahí donde nacen las constelaciones de dónde decís venir. 
Yo ya he cogido sus manos, ya he pedido mi deseo; uno por cada sonrisa que le he sacado. Yo ya me he perdido en sus ojos, y he navegado por cada uno de sus pestañas.
No me hagáis mucho caso pero... si a pesar de todo os hace mucho ilusión pasar por mi casa, no estaría de más que me tragerais de nuevo el corazón que tenía antes. Ya sé que fui yo quién quiso dejarlo dentro de un cuerpo que no era el mío, y que las promesas son promesas y que no hay que romperlas... pero es que míralo... me salen ataques cada vez que le veo y me sonríe. 
Prometo ser buena niña y cuidar vuestro regalo de la mejor manera que sepa. 

Y si puede ser... traerle al mundo algo de esperanza, que está fatal últimamente. La gente ya no sonríe como antes y parece que la felicidad se presta con demasiados intereses... y es un precio que no todo el mundo puede pagar. Y los que mandan deberían hacer un esfuerzo para lograr entender eso. A lo mejor vosotros se lo podríais explicar. Quién sabe?
Bueno, ahora sí que si. Creo que eso es todo. Espero no haberme alargado mucho; ya sé que tenéis que leer un montón de cartas y seguro que vais con el tiempo justo. 
PD: si me queréis traer esos zapatos que tanto me gustaron el otro día... tampoco me enfadaría. 

dissabte, 7 de desembre del 2013

Llegó a mi vida un día como otro de verano. Y seguramente mentiría si ahora mismo dijera que no me enamoré en el primer segundo en que le tuve enfrente. Sabéis ese momento en las películas en que todo va a cámara muy, muy lenta y suena una música de fondo, bajita y suave? Mirarle es siempre así. Como si nada existiera, como si tuviera delante de mis narices a la mismísima razón del sentido de la vida. Hoy hace 6 meses que encontré algo que no buscaba. Y como si de ángulos se tratase, mi vida ha dado un giro tan grande que he terminado detrás de su espalda. Una vez, me hablaron de la complejidad de los abrazos, de lo difícil que resultaba que dos personas encajaran perfectamente en uno de ellos, no sé muy bien cómo explicar esta parte, pero los puzzles nos miran desde la mesa, embobados, envidiando tanta complicidad.
Cariño, superas a cada segundo las perspectivas que tenía de ti.
Esta vez me toca a mí ser quién diga las cosas bonitas, quién admita que en este juego no ha perdido nadie, que ha sido una doble victoria. Y es que te escribo esto para darte las gracias por eso, por nuestros momentos y porque las promesas que un día hice no las va a romper ni el tiempo, ni terceras personas. Esto no es más que un par de promesas medio camufladas entre palabras y un intento de recordarte lo genial que puedes llegar a ser (y eres). Y es que a ti te miro de un modo distinto; que no hay nada más bonito que despertar a tu lado con tus cosquillas. Que los despertares no merecen la pena si no son contigo. Y sabes que nunca dejaría que nadie te hiciera daño, que no soportaría verte mal. Aunque he de admitir que estás guapo incluso cuando estás triste. Nunca nadie había conseguido tantas cosas en mí, como lo has hecho tú. Y esto es tan genial, que tengo miedo de perderte, de que esto vuelva a ser una historia que termina como otra cualquiera, que cada uno sigue su camino y deja que el otro se vaya sin hacer nada al respecto. Aunque algo me dice que esta vez no será igual. Bésame si me equivoco, pero esta vez, creo que es mejor que todas las demás anteriores. Esta vez las cosas van de paciencia y aguante. Entraste en mi vida hace medio año, y ahora ya no sabría ser sin ti. Ahora lo único que quiero es despertar a tu lado después de largas noches de conversación y decirte muy bajito que no es que no quiera estar contigo, es que no me imagino estando sin ti. Ha pasado el tiempo y yo solo prometo que un día lo pararé, y nos quedaremos a vivir en la cama.
PD: lo sabes de sobra, pero por si acaso se me olvida... te quiero.

dilluns, 2 de desembre del 2013

"Necesito verte aquí."

Déjame pedirte, antes de continuar leyendo, que cierres los ojos y pienses en todas las cosas buenas que hemos vivido, pequeña. 
Te acuerdas de cómo nos conocimos? Sin embargo, deberías saber que mucho antes de dirigirte la primera palabra, ya sabía con total seguridad que tenía que entrar de lleno en tu vida. O tú en la mía, llámalo cómo quieras. Suerte, casualidad, destino... tú siempre callada, tan en medio de clase para no dar la nota, tan tímida, con las palabras contadas y escuchando atenta a la profesora. Y yo... yo tan yo; tan repipi, tan en primera fila, tomándome a broma la mitad de la vida. Qué diferentes parecíamos, y que iguales llegamos a ser... 
Aun recuerdo la primera vez que hablamos. Qué dulce me pareciste, que carita más pálida e inocente. Hoy han pasado casi catorce años des de aquel día, y no te puedes imaginar la suerte que me repito haber tenido de que me hicieras un hueco, poco a poco, en tu tan planificado día a día.  
Te escribo esta carta, para que recuerdes, tantas veces como quieras lo especial y única que eres. Que tienes más fuerza en tu tan delicado cuerpo, que yo y el resto de mundo juntos. Que nunca había visto a nadie mirar como miran tus ojos, siempre tan dispuesta a perdonar cualquier error, cualquier caída. Y en eso, desgraciadamente, en desaparecer y en no estar tengo un máster contigo... porque te escribo esta carta, ante todo, para pedirte perdón y que lo leas una y otra vez. Siento no haber estado ahí cuando has necesitado un hombro cerca para decirte que tiemblo tan solo de pensar en verte triste y derrumbarme y yo mucho antes de poder ayudarte a ti. Es que se me hace imposible el dolor de verte a ti en el suelo, y eso es lo más egoísta que he hecho, con diferencia, a lo largo de mi vida. 
Por suerte tú ya me conoces y sabes que me ha costado menos hablar escribiendo que mirándote a los ojos. Y ojalá pudiera mirarte a los ojos, mientras lees esto, y es que se me pone una sonrisa idiota en la cara de imaginar que te sigo mirando a la cara cuando tengamos ochenta años y yo siga llamándote cómo te llamo, y tú sigas llamándome cómo me llamas... escribo esta carta para decirte que siempre estaré ahí, aunque esté lejos, aunque a veces no me veas. Te escribo esta carta para decirte que hoy vuelvo a prometer no volver a dejarte caer. Y si lo hago, y si lo vuelvo a hacer, volveré a necesitar que me perdones; que me mires y me digas "no te preocupes, que yo ya sé cómo eres, y sé cómo es tu forma de querer". Y es así, tú ya sabes cómo es mi forma de querer, y no te imaginas cuánto te quiero y cuánto daría para que vieras lo preciosa que eres cuando eres tú la que más te quiere. 
Y no has cosa más bonita, es que no hay cosa más bonita, que la sonrisa que debes estar poniendo ahora.
Feliz Navidad, pequeña.  

Diecisiete.

He visto a una estrella nacer de tu ombligo para luego convertirse en el centro de mi universo. He viste a gigantes hacerse diminutos para poder besar tus pies, y no la luna. He creído en sueños imposibles, en cuentos de hadas, y en el amor. Esto último, además, lo convertí en mi religión. He mirado al cielo contigo, y después al cielo sin ti, solo para ver cómo sería tener tus ojos. He imaginado en segundos una vida entera a tu lado, para luego darme cuenta de que no existe mejor futuro que conjugarte en mi presente. Y no hay mejor manera de vivirte que la de temblar cada día por saber que puedo perder pero también tenerte. He tenido miedo contigo, y miedo de ti... miedo de lo importante que te has hecho para mí. He leído cientos de poesías observándote dormir. Y hoy, puedo decir que no existe mejor antología que la de ser tu amiga, además de tu niña pequeña. Y es que llevo dieciséis años buscando el verso perfecto y por fin lo he encontrado, solo lo componen tres palabras... y me la escriben tus manos cada mañana. 
"Buenos días, pequeña"
"Buenos días, mi amor"

Te has hecho realidad, cariño.

Hola.
He soñado con tu pelo, con tus formas, con tu piel, he soñado con tu risa, con tus defectos, con tus manías. He soñado con tenerte en pasado, en presente y... en mi cama. He soñado con besarte de lado, de rodillas, y de espaldas. He creído verte en una herida cerrada, he querido bajarte el cielo y que tú me bajaras las bragas. He sonreído con tu nombre de fondo, de lado, encima y debajo. Me he tatuado tu nombre en la clavícula izquierda. Me he comprado dos billetes de ida, y ninguno de vuelta. Te he dado la vuelta miles de veces con luna llena. He vaciado un vaso por olvidarte, y he llenado tres por recordarte. He soñado contigo sin mí, contigo y conmigo, y conmigo sin ti. He soñado con contarte historias, lunares y orgasmos. He soñado con perder la cuenta de estos últimos, y volver a empezar. He soñado sin sueño, con sed, con miedo. He soñado de las mil maneras que existen y por fin, y contigo, ya ha dejado de soñar. 


dijous, 14 de novembre del 2013

Quiero que esto dure.

Creo que no hay nada que no me guste de ti. Me gusta cómo pronuncias mi nombre, me gusta que no te puedas enfadar conmigo o que si me hago la enfadada yo después vengas y me abraces por detrás. Me gusta que siempre sepas hacerme sentir bien, que me provoques escalofríos o que me pongas nerviosa todavía cuando te veo. Me gusta que te preocupes por mí, que siempre sepas qué decir, que sepa que pueda contarte cualquier cosa, que me tengas confianza. Me gusta la forma en la que te pones nervioso o te desesperas. Me gusta tu risa. Me gusta la manera en que me haces sentir. Me gusta cómo apareciste en mi vida, y me gusta todavía más que no te quieras ir de ella. Me gusta tu presencia. Me gusta tu inteligencia. Me gustan tus chistes malos. Me gusta tu voz. Me gusta cómo pronuncias "te quiero". Me gusta tu manera de ver la vida, y de querer verla a mi lado. Me gusta que me veas en tu futuro. Me gustan tus planes. Me gusta tu sarcasmo. Me gustan tus comentarios. Me gusta tu manera de pensar. Me gusta que te guste prácticamente todo de mí. Me gusta que no me digas solo cosas bonitas. Me gusta que me despiertes por la mañana con cosquillas y me trates como si fuera un reina. Me gusta que dormirme abrazada a ti. Me gusta no dormir contigo. Me gusta tener tu voz en mi cabeza cuando no te tengo a mi lado. Me gusta cómo me quitas la manta mientras duermes. Me gusta soñar contigo. Me gustan tus besos. Me gusta que te rías de mi celos. Me gusta que me preguntes si te quiero y cuánto, porque eres adorable. Me gustas tal y como eres, y no quiero que cambies nunca por nada ni nadie. Y perdona mi debilidad hacia ti, pero no sé por qué estoy convencida que sin ti no podría sobrevivir. Porque cada vez que me miras me tiemblan las piernas. Y cuando me coges de la mano, echaría a correr para perdernos tú y yo lejos. Y cuando sonríes... juraría que podría volar. Y cuando me besas siento que alcanzo el cielo. Porque no hay ni un solo poema del mismísimo Neruda que sea la mitad de precioso que tú. Y por eso... te necesito a mi lado. No puedo dejarte ir, te quiero en mi vida. Porque me levantas en mis malos momentos, y si no puedes te tumbas conmigo. Porque nunca te vas. Porque siempre estas ahí. Porque me haces feliz. Porque te quiero más que a nada en todo el maldito universo, y eso nadie podrá cambiarlo nada ni nadie. 


dimarts, 12 de novembre del 2013

"Te diría que te deseo lo mejor... pero ya me tuviste."

Odio cada parte de ti, cada puto centímetro de tu cuerpo por el que pasaron mis manos, cada lunar de tu espalda, cada sonrisa torcida que me dedicaste y todo, absolutamente todo, que me recuerde a ti. Odio haberte dedicado tanto tiempo de mi vida, odio haberte llorando tantas noches y haberte querido sin medida. Odio que de repente tu voz se cuele en mi cabeza y escucharte otra vez; encontrarme fotos que creí haber borrado, roto o quemado. Odio haber creído que eras el mejor regalo que podían haberme dado. Odio haberme engañado tantísimo contigo, odio que me hayas engañado tantísimo. Odio haberte esperado meses, y ahora que te digo adiós y te das cuenta que no quiero saber nada de ti... me pides perdón y vienes buscando lo que crees que aun es tuyo. Pero, sabes qué? Si alguna vez fui tuya y dejé de serlo, fue por tu culpa. Tú me dejaste ir. Te quise como a nadie más, como si viviera exclusivamente por y para ti. Y ahora me voy... vuelves tú? Me he cansado de jugar al ratón y al gato, y haber sido siempre yo el ratón. Ahora me echas de menos? Ahora tienes lo que te mereces. Me utilizaste para no estar solo. Fui un baile sin canción, una boda sin novio, un cuento sin final feliz ni moraleja. Tú decidiste dejarme ir de la peor manera, y ahora me alegro de que lo hubieras hecho. Me cegué de amor por ti, y cuando volví a ver me di cuenta de que la vida podía seguir sin ti. El primer día que me tocó aprender a vivir sin ti cosí tu recuerdo a mi sombra para que no me dejara nunca, y mírame ahora... que no quiero ni oír tu nombre. Rompí a llorar el mismo día que me fui, mientras tú ni siquiera tuviste cojones a despedirte. Ahora me buscas? Te dejé de escribir cartas de amor hace tiempo, y no estoy dispuesta a volver a hacerlo. Te escupiría en la cara todo lo que sufrí, borraría todos los recuerdos que tengo que me llevan hacia ti, y desearía no haberte conocido nunca. Pero tú me hiciste fuerte y me enseñaste que hay que levantarse aunque no dejen de tirarte piedras y te aten rocas a los tobillos. Así que gracias, por entrar y salir de mi vida. Por enseñarme y engañarme. Por ser un cobarde y por hacerme valiente a mí. Por matarme durante meses para que otra persona pudiera volverme a enamorar. Por alejarte de mí, porque yo no lo hubiera hecho. Pero ahora, por favor, déjame seguir sin ti. No puedo vivir anclada a ti eternamente, no me puedes volver a matar. No lo merezco... 

dilluns, 11 de novembre del 2013

Gracias, un año más.

Todavía no estamos a final de año, pero esta vez me apetece hacer un resumen y un recuento de nuevos recuerdos antes de tiempo.
Sí, definitivamente, este ha sido un gran año. Como todos los años, se han ido personas que creía importantes para mí. Pero también han entrado nuevas que han sabido hacer de mí y de mi caos un lugar bonito y habitable. Personas que me han demostrado mucho, más de lo que han demostrado otras que llevan conmigo desde que tengo memoria. Y la verdad, no entiendo cómo consiguen aguantarme cada día con mi mal humor, mis problemas, mis "ahora sí... ahora no", mis estupideces y mi pesimismo continuo ante todo lo que me sucede. A esas personas... gracias. Pero gracias de corazón, el "gracias" más enorme que jamás haya dado alguien en la historia de la humanidad. Gracias por salvarme, o por impedir que me estampara de cara contra todos mis miedos. Gracias por dejarme ser yo misma y no quién debía ser antes para gustar a todo el mundo. Qué bien sienta poder ser tú y no lo que los demás quieren que seas. 
Chicos, me hacéis realmente feliz. Como nunca nadie había sabido hacerlo (o como nunca nadie había querido hacerlo). 
A los que habéis decido iros de mi vida este año... gracias también por los años anteriores y por enseñarme que tengo que hacer feliz a todo el mundo, pero principalmente a mí. Que lo siento si he sido egoísta (que sí, lo he sido) en algún aspecto. Pero nunca me había alegrado tanto haberlo sido. Porque por ser egoísta he encontrado a la mejor persona del mundo, que a la vez saca lo mejor de mí. A él sí que tengo que agradecerle demasiadas cosas como para hacerlo solo en una vida. Porque os juro que, sin ser exagerada o demasiado romántica, este chico me ha devuelto a la vida y me ha hecho sentirme querida. Querida de verdad. Y esa es la sensación más grande que alguien puede sentir. 
A los que os habéis ido porque os ha tocado, y no porque hayáis querido... os digo como cada 31 de diciembre que os echo muchísimo de menos. Y que daría la vida por pasar cinco minutos más con vosotros.
Y a los que no se han ido, ni han llegado este año, sino que permanecen ahí otro año más... solo os voy a decir que muchísimas gracias por estar siempre a mi lado y por no quejaros nunca (eso sí tiene mérito y merece una recompensa de millones de euros y no correr detrás de una pelota para marcar goles).  
No voy a entrar más en detalles, porque si tengo que agradecer uno por uno todo lo que han hecho por mí... podría pasarme la noche escribiendo. 

dissabte, 2 de novembre del 2013

"Solo muy poco amor..."

Por favor camarero otra copa de Ron. No me haga preguntas, esta vez no... No es nada grave, solo muy poco amor y que el tiempo no termina de llevarse el dolor.
Ya no quedan mares de ilusión y esperanza, solo quedan charcos de existencias amargadas. Voy sorteando las horas, veo pasar mi dolor hacia los charcos medio secos. No tengo a dónde ir, ni tengo nada que hacer, tengo agujeros en los bolsos que ni quiero coser. Estoy cansada de lo mismo, estoy cansada de ser yo. Mi familia decidió dejar de ser mi familia.
Por favor camarero otra copa de Ron. No me haga preguntas, esta vez no... No es nada grave, solo muy poco amor y que el tiempo no termina de llevarse el dolor.
Amor solo es la excusa perfecta cuando no hay una respuesta correcta. Ahora solo busco una cosa concreta: irme de tu lado y seguir teniéndote cerca. Nadie me habló de imposibles, pensaba que esto solo pasaba en los cines. La vida está escrita pero no sé cómo sigue. Hagamos el amor para explicar cómo se vive.
Por favor camarero otra copa de Ron. No me haga preguntas, esta vez no... No es nada grave, solo muy poco amor y que el tiempo no termina de llevarse el dolor.


diumenge, 27 d’octubre del 2013

Shhht.
Ven ahora, bajito, sin que nadie se entero. Que te dejo la ventana abierta y las ganas de besarte en la puerta, para que no te pierdas. Vente, que llega el invierno y yo solo tengo frío si te imagino bajo las sábanas. Vente, de puntillas, suave, despacio, que te tengo que contar los lunares por si algún día se te pierde alguno. Porque me encontraste de la nada, perdida y con los ojos cerrados y me dijiste que jamás soñara con volver a abrirlos, que de sueños también se vive. Y yo me quedé ahí, mirándote, preguntándome si tú no serías parte de ellos. Y es que después de haber besado tu sonrisa tímida solo puedo imaginarme cosiendo mis labios a los tuyos. 
Déjame decirte, ahora que no me escuchas, que cada vez que llueva, todas las gotas van a ser besos fríos. Y las tormentas son todas mis ganas de tenerte siempre conmigo. 
Que no hay pecado más grande que verte sonreír de lago, ni existe morbo más tentador que tu mirada sincera y oscura. 
Sabes? Podría vivir entre tus ojos el resto de mi vida, agarrada a tu pelo, amordazándote la boca a besos, acurrucada a ti el resto de mi vida.
Y es que no encuentro una razón mejor para escribir que hablar de ti. Y es que no sé qué Neruda citando poesía si no te ha visto decir "te quiero" entre susurros. No entiendo que el Sol decida salir los días que tú decides quedarte en la cama. 
Anda, ven, que el frío se ha ido y hace calor. Pero ven bajito, de puntillas, que no se entere nadie. Y nadie se entere de lo que nos vamos a hacer...  

divendres, 25 d’octubre del 2013

Te echo de menos.

Me enamoré de ella tres minutos antes de bajar del andén por primera vez desde que la distancia se interpuso entre ella y yo. Cuando miré el móvil y leí, de sus propias manos "no quiero irme, ni quiero que te vayas". Y la muy impaciente ni siquiera había llegado todavía. 
Me enamoré de ella cuando cruzó media ciudad, sola, en apenas minutos, muerta de miedo al ser consciente de dónde estaría en unos pocos minutos. Mirándome a los ojos. Llegué treinta y cinco minutos tarde a la primera cita, y me parecen pocos. Y me parecen pocos, teniendo en cuenta que yo me pasé dos años esperando a que ella volviera. 
Ojalá hubiera podido cumplir mis quince, o mis dieciséis, a su lado. Y no hablo de velas; porque lo sueños, junto a ella, están empapados de realidad y cumplo uno cada vez que la veo. 
Me enamoré de ella cuando me habló de la realidad y entonces yo me callé por si descubría que mis manos estaban cubiertas de nubes en dónde me pasaba horas buscando figuras, como las que buscaban las personas cuando se tumbaban mirando al cielo. Aunque algunas de esas personas lo único que busquen sea una excusa para no sentir tanto vértigo al mirar sus propios miedos. Ella le tiene miedo a volar, y a pronunciar ciertas palabras, y  a enamorarse. Por eso me enamoré de ella.
Porque este es el tipo de poesía de las que suenan mejor cuando leen acompañadas. Aunque carezcan de todo tipo de reglas que debe tener una poesía para llamarse como tal. 
Ella no necesita ritmo, porque baila en los lugares dónde nadie más baila. Y le da igual lo que piense el resto. La canción la lleva dentro. Tiene en la piel una declaración de amor, y os juro que no me temblaría la mano por entrar en un combate cuerpo a cuerpo y defender esa bandera que algunos llaman "Karen". 
Nunca la he visto llorar de alegría, y lo estoy deseando. Nunca voy a olvidar la primera vez que la vi sonreír, olvidándose de que yo estaba ahí, dispuesta a echarla de menos. Aunque me matara por dentro, pero en silencio. Para no levantar sospechas. 
Y no intentaré escribir sobre nuestra amistad, porque si yo escuchara esto sin ser una de las dos piezas de la historia, me moriría antes del primer asalto. Y sería una putada privar al mundo de esta obra a la que yo llamo por nuestro nombre. Por el suyo, voy a llamar a todas las ganas que tengo de volver a verla y recorrerme el mundo a través de sus ojos. Que es cierto eso de que lo importante no es llegar, sino viajar a su lado.
Me enamoré de ella, pero eso no es extraño. Lo extraño hubiera sido no hacerlo. Como me parece extraño que no os enamoréis vosotros al escucharme hablar de ella y explicar por qué me enamoré de ella, y por qué sigo haciéndolo cada día desde que entró en mi vida (y se fue). 

Te quiero mucho, hermana. 

dimecres, 16 d’octubre del 2013

He vuelto.

No sé qué hago otra vez aquí, y tampoco sé si he vuelto porque lo necesito o porque simplemente se me han cruzado los cables. Las cosas han cambiado desde que entré aquí por última vez. Mucho. Ya no soy la chica rota que venía aquí a contaros sus penas, porque por fin alguien se ha atrevido a entrar en mi vida y arreglarme, trozo por trozo, todo el daño que me hicieron. Y no ha sido fácil, eh? Pero este chico me ha devuelto la vida, por decirlo de algún modo, y voy a estarle eternamente agradecida. 

(Como ya sabréis algunos, nunca sé cómo empezar las cosas, así que rompiendo con todas las normas escritas y no escritas, voy a empezar por el final.)

Posdata, ya no te necesito.
Solía decirle a la gente que odiaba el amor y todo lo relacionado a él, a los Cupidos con menos puntería que Ramos, a las parejas que se querían de verdad y no lo hacían ver, al color rosa, los corazones, las canciones de amor... y a ti. Y yo te juro que intenté creerme cada palabra que salía por mi boca, y deseaba levantarme algún día sin echarte de menos. Lo intenté de todas las maneras posibles... pero lo único posible fue llorar cada noche una pérdida de algo que realmente no fue nunca mío. 
Probé de muchas formas sacarte de mi cabeza y, siéndote sincera, aprendí muchas cosas en ese tiempo. Aprendí, por ejemplo, que no podía sacarte de mi cabeza hasta que no te sacara de mi corazón primero. Y aprendí a quererme un poco más, y a quererte un poco menos. Porque, chico, no sabes cuánto llegaste a dolerme... 
Durante meses me tocó ser la espectadora entre una lucha constante entre mi conciencia y mis sentimientos, y te aseguro que parecía que la guerra nunca acabara. Y al final decidí buscar dentro de mí lo que jamás había visto con mis propios ojos. Buscando respuestas al por qué de mi sonrisa cada vez que me acordaba de tu voz, me encontré sin querer con alguien que conseguía sacarte o, como mínimo, mantenerte en segundo plano, en mi cabeza. 
Y bueno... qué decirte de él. O de sus labios, que podrían clasificarse como la peor tortura jamás conocida. No fue cosa suya olvidarte, fue culpa tuya. Tú me dejaste ir. Perdón. Tú me echaste, porque sabías de sobras que yo no me quería ir. Que hubiera esperado entre condenas y torturas, si al final tú volverías. 
Cuando al principio él me preguntaba cuánto le quería, no podía evitar pensar durante una fracción de segundo en ti. Cuánto le quería? Cuánto te llegué a querer a ti? En cambio, cuando me lo pregunta ahora (que me lo sigue preguntando, el muy cabrón... ¡cómo si algún día le fuera a decir que no le quiero nada!) siempre intento responder algo indefinido, algo que jamás le hayan prometido, o sí, pero yo se lo prometo de verdad. 
Tú me asegurabas que me querrías eternamente, y en cambio yo ahora solo deseo caminar con él hasta el final. Jamás fuiste capaz de cumplir tus promesas. Y gran parte de lo que soy te lo debo a ti. Tú me convertiste en una persona fría, desconfiada y egocéntrica. Pero él... él ha vuelto a sacar lo mejor de mí. 
No sabes lo feliz que me hacían tus mentiras... pero a mí ahora solo me llena su sonrisa. 
Sé que tus amigos no dejaron ni un día de criticar la extraña manera que teníamos de llevar "lo nuestro" (alguna vez tuvimos de verdad algo "nuestro"?) sin vernos más que por una pantalla de ordenador o físicamente en algunas fechas puntuales. Y sé que la presión te mataba, pero tú me llevabas matando a mí psicológicamente durante meses y yo nunca me quejé. 
Ya ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me dirigiste la palabra sin tener la intención de llevarme a la cama (¡qué bien sienta hablar así de clara sin que duela, coño!) y, la verdad, ya no lo echo de menos. Solo me gustaría que algún día me explicaras cómo te sentiste tú al darme el última abrazo que nos dimos, sabiendo que no habrían más. Cómo pudiste mirarme a la cara mientras yo lloraba un puto mar de lágrimas por ti. 
Hace mucho, cuando me sentía parte de tu vida, te dedicaba todas las canciones de amor que escuchaba porque todas me recordaban a ti. Y ahora... ahora ya no eres tú. Ya no eres nadie. Creo que la música fue lo único que nos unió de verdad en algún momento. 
Sabes una cosa? Te escribí mil cartas y mis textos, pero jamás pude decirte que eran por y para ti. 
Y ahora solo soy capaz de pensar en él... Te lo aseguro, nadie en todo el mundo tiene sus ojos. Tan marrones y comunes, pero tan significativos para mí. Nadie. 
Llegamos tan lejos físicamente, pero nos quedamos realmente escasos sentimentalmente. Al menos por tu parte. 
Solo espero que él no se vaya como hiciste tú, que no se vaya nunca. Y, sabes que es lo mejor? Que no se parece absolutamente nada a ti y aun así consiguió llenarme desde el día que le conocí. Y no sé por qué demonios tenemos que ser él y yo el uno para el otro, y si él merece algo mejor, pero lo somos. Lo sé. Porque después de encontrarle, entendí por qué no había funcionado lo nuestro. 
Me gustaría poder decir que has cambiado, pero creo que la única que cambió después de lo que pasó fui yo. Y esta nueva versión de mí no está tan mal. 
Y me despido, cerrando de una jodida vez la puerta, la ventana o lo que sea que haya quedado abierto que me lleve a ti. Esta vez para siempre.


divendres, 10 de maig del 2013

Fuguémonos.

Quiero salir ahí fuera y tener algo que contar. Esto no me llena. En cierto modo, esta vida no es real. No estoy ahí fuera. No veo mundo, y así no puedo comérmelo. Estas energías se frustan aquí dentro y tengo ganas de salir, de conocer personas nuevas, interesantes. Ganas de vivir otras culturas, de decir "yo estuve allí" o "volveré porque me encantó". De contar msi experiencias, que hoy en día están en números rojos.
Si sin apostar, perder, arriegar o simplemente sin tener que hacer un gran esfuerzo, todos ganásemos... Todo tiene un precio, y muchas veces ni si quiera puedes pagarlo con euros. A veces tienes que tomar una decisión, arriesgar para ganar o perder por intentarlo. Tu cuerpo y tu mente se separan para un esfuerzo extra... Y entonces actúas. Te arriesgas porque crees que es lo que deberías hacer, y es lo que quieres hacer. Esquivas cada obstáculo y lo das todo. Y ganas. Porque es cierto que con esfuerzo y voluntad puedes conseguir lo que te propongas; es la clave del éxito, es la clave de todo. Piensas y te das cuenta de lo que has sido capaz de hacer, pese a tu fugaz pensamiento de derrota al comenzar. Lo has hecho.
Porque no es más valiente quien no tiene miede, sino quien lo tiene y es capaz de vencerlo.

divendres, 3 de maig del 2013

Cuando la inspiración no llega, escribe sobre ella.

¿Por qué me faltas? Aunque, en realidad, me pregunte si alguna vez te tuve realmente. Por qué esta sensación tan extraña. Ya es costumbre que me tomen por algo que no soy, que insistan en que todo lo hago bien y en el fondo se decepcionan viendo como no soy capaz de hacer nada.
Nunca tuve palabras. Nunca tuve oraciones. Nunca tuve inspiración. Nunca tuve... talento. Nunca tuve el dominio absoluto de las letras, nunca jugué con ellas, nunca quisieron jugar conmigo. Nunca tuve cojones, y nunca los voy a tener.
Decepción. Decepciono. Mis palabras me decpecionan a mí. Es una cadena, una maldita cadena. ¿Qué he hecho mal? Pensé que te tenía. Quizás no te perdí, no. Quizás perdí la suerte. La suerte que me abrazó un día y ahora hace que tenga frío. ¿Conoces la sensación de haber tenido algo y haberlo perdido? Yo busco la inspiración entre sombras y no es que no la encuentre, es que para ella y a no existo. La maté, o me mató ella a mí. No sé. Si le vendí la inspiración a alguien, alguien me debe dinero, mucho. ¿Por qué me cuesta? ¿Por qué me cuesta, pero no en euros? Mi sombra está al borde del derrame cerebral. Tan solo palabras vacías que nadie comprende... Solo sé que me avergüenzo de cada una de mis palabras, da cada uno de mis intentos. Intentos fallidos. Escriba lo que escriba, haga lo que haga, tengo que pagar lo justo. Mi cabeza, mi sombra, mis escritos... Ellos no aceptan el cambio. No quieren cambiar de moneda, no quieren aceptar... Supongo que soy yo la que no quiere cambiar. La que no quiere aceptar que todo cambia, que todos cambian. Todos cambian y me quedo atrás. ¿Por qué? ¿Por qué no soy capaz de aceptar el cambio?

dilluns, 29 d’abril del 2013

"Si avui somrius, podrem tornar a començar."

Me siento dividida en dos. Estoy aquí, esta es mi vida, mi gente, mis cosas que hacer que me arrebatan la mitad del tiempo para no pensar. Pero aquí estoy, con la otra mitad.
Por una parte me gusta este odio íntimo que siento, esta interna sensación de frustación. Vida humilde y corriente, con problemas comunes que te ayudan a valorar, familia con la que pelearte y amigos con los que ya no experimentas la mágica sensación de irse conociendo, pero con los que puedes ser simplemente tú. 
La otra mitad de mí se ha quedado en otro país, en otra rutina que me hizo feliz. Cuando cogí el maldito coche ni esa felicidad ni esa mitad de mí cabían conmigo. 
Cuando me levantaba a las nueve menos diez y pensaba en lo feliz que era. A esa hora, con ese frío, pero con tanto por vivir en tan pocos días... La rutina que no aburre, porque es una nueva rutina y te encanta. Necesito volver a perderme entre casas iguales, y en ti. Prefiero ir por la calle y que nadie me conozca.
Esta mitad de mí se ha quedado incluso lejos del aeropuerto y no quiero que vuelva. Es más, tengo miedo a que lo haga. Lo que quiero es volver yo misma y reunir las dos mitades cada cierto tiempo. No quiero hacer del pasado un bonito recuerdo. Si me hizo feliz, ¿por qué pisarlo? Quiero revivirlo año tras año, aunque al subir al coche vuelva a hacerme daño y se expire otra vez la mitad de mi felicidad.
Quizás me esté equivocando en mis decisiones mentales, pero lo que tengo claro es que esta sería la mejor equivocación entre mis equivocaciones.

divendres, 26 d’abril del 2013

Destrozáis parejas, y algún día os destrozarán la cara.

Hemos cambiado el "¿te ha besado?" por el "¿te lo has tirado?" y cada año, con un año menos.
Niñas de trece años con escotes hasta el ombligo, con fotos que dejan ver su poca capacidad para pensar y con un vocabulario que asusta. 
Niñas que en menos de un par de años romperán su himen y, mucho antes, perderán la dignidad.

Esta es la historia que contáis siempre. Pero, ¿y vosotras? Tampoco os libráis. Igual de putas, con trece que con dieciséis.
Pensando en frío. Facilidad, felicidad. Disfrutad. Está visto que, al fin y al cabo, todo esto os divierte más que nada.
O quizás sufrís en silencio pensando el por qué de vuestros actos. Pero solo quizás.
Y pensando en caliente... zorras. ¿De verdad que vais de dignas? Sois un puto adorno, un objeto, un juguete, un pasatiempo. Pero ese tiempo también pasa para vosotras. Pasa, y no vuelve. 
Este es el lugar de los escotes a menos ocho grados, el lugar donde reina la necesidad absoluta de llamar la atención, y no nos damos cuenta de que, intentando llegar más allá de lo que deberíamos, la acera aún no está construida, y es muy probable que nos atropellen en una zona donde no deberíamos caminar.

Cobardes.

Otro chico llegó y la engañó. Parecía siempre el mismo, destinado a torturarla una y otra vez, a ilusionarla con mentiras para luego dejarla tirada. Ella se prometía no volver a confiar, no repetir la caída. Pero es que la vez siguiente parecía siempre la definitiva...
Pero no. Nunca lo era.

Su voluminoso pelo castaño oscuro luce suelto, liso, con ligeras curvas hacia las puntas. No es demasiado largo. Sus ojos son de ese verde marrón que nunca sabes describir con precisión. Esos ojos oscuros en ligera apariencia, pero que en una mirada cercana son un prado con un poco de tierra. Su piel, ligeramente tostada. Muy ligeramente. Su cuerpo, como cualquier escultura griega. Figura de asombrosa belleza, con el abdomen perfecto, fina cintura y unos pechos que, no siendo especialmente grandes, son bonitos. Sus piernas son amablemente delagadas y rectas.
Su mente, débil como la flor que aparenta.
No es de extrañar que se desflore rápido este hermoso ser. Todos quieren tenerla.
Sin embargo, solo la quieren para un rato. Nada más. Ninguno es suficientemente valiente como para tenerla siempre y estar siempre a la altura del chico que se merece.

Ella busca uno.
Ellos buscan muchas.

dissabte, 6 d’abril del 2013

Pude ser tu reina, pero preferiste dejarme en ruinas.

Nunca me han gustado los domingos. Y sí, sé que hoy es sábado. Pero me da igual, hace tiempo que le perdí sentido a las cosas de la vida. Y, en fin, solo son días.
A lo que iba. Odio los domingos, pero ese domingo... ese domingo era distinto. Ese día, los odiaba más que nunca, porque esa tarde sería la despedida. ¿Qué puede haber peor que una despedida, y encima, en domingo? Pues sí, hay algo peor. Que no haya despedida. Que no te diga ese "no te vayas, por favor", que tanto necesitabas oír de su boca, aunque fuera mentira. Fui hasta la cocina y cogí un plato. Lo tiré y contemplé como se rompía en mil pedazos, yo me sentía exactamente igual que aquel plato. Después de aquello, no sabía si recogerlo o escapar de allí. Opté por la segunda opción, me ahogaba en una casa que me traía tantísimos recuerdos. Con sus cosas. Con su olor impregnando mis sábanas. Cogí simplemente la chaqueta y huí de mi propia casa. El viento en seguida se chocó en mi cara y, por un momento, yo me sentí un poco mejor. Decidí caminar sin rumbo durante, tal vez, demasiadas horas. Mi móvil sonaba. Aquella amiga preocupada, pero que no era capaz de animarme, me llamaba constantemente. La hora se acercaba cuando, por fin, decidí volver. Subí las escaleras, al igual que las subía hacía menos de 24 horas con él, pero aquella vez, él me tapa los ojos y me guiaba para que no caerme. Por fin llegué y admiré las vistas de ese pequeño pueblo rodeado de verde y con un cielo más claro que el que puedo contemplar yo en mi ciudad. Que alto estaba aquello, pensaba siempre que subía. Bueno, miento. Siempre pensaba que me encantaba ese lugar, pero los recuerdos que me traían, me destrozaban un poco más. ¿Cómo pudiste dejarme ir? ¿Cómo pudiste dejarme sola en medio de tanto desastre? Te di total acceso para que me sacaras de mis propias ruinas, y lo único que hiciste fue hundirme más en ellas.
-
¿Ya no te acuerdas,de hace unos meses, una noche de verano?
- No abras los ojos -me dijo al oído, para que nadie pudiera escucharnos. Aunque con la música tan alta, no nos podrían escuchar aunque quisieran.
- ¿Y qué pasa si lo hago? ¡Me estás tapando los ojos con la mano, no puedo ver nada! -le dije en broma mientras reía al compás de él.
- Me estás mintiendo, estás viendo todo perfectamente, ¿a que sí? -dijo de repente, con la voz muy seria.
- ¡Que no! -grité de nuevo.
- ¿Cuántos dedos tengo? -preguntó serio.
- ¿Cómo lo voy a saber? Tienes las manos en mi cara, idiota.
- No me insultes, niña.
- No soy ninguna niña -me defendí yo cruzándome de brazos.
- Ya lo sé -su voz tranquilizadora me hizo temblar una vez más.
- ¿Puedes quitarme las manos ya, por favor?
- Eres una ansiosa.
- Y tú un idiota, y me lo callo siempre.
- ¡Pero si me lo acabas de decir! -se burló él. Yo me hice la enfadada- ¿Así que un idiota, eh?
- Sí -respondi rotunda.
- Pues muy bien, este idiota, tiene una sorpresa para ti, que sé que te va a encantar. Abre los ojos, cariño -dijo antes de quitarme la mano de los ojos. Cuando abrí los ojos, no sabía qué decir. Aquello era precioso. Un pequeño mirador, en medio de quién sabe dónde, desde el que se podía contemplar el pueblo entero moviéndose al ritmo de la música. Las estrellas nos miraban mientras demostrábamos nuestro amor o... lo que fuera que teníamos en ese momento. Porque ya no estoy segura de que llegase a ser amor en algún momento. 
-
He abierto los ojos, cariño. Ya he llorado, mucho, incluso he gritado hasta desgarrarme la voz. Que poco haría sin ti, me decía cada día. Incluso he llegado a imaginarme en lo más alto, subida a una barandilla y mirando hacia abajo, sin vértigo, abriendo mis brazos (era una sensación de alivio y de desahogo), algo bueno entre tanta ruina. Pero nunca tendré el valor para hacerlo, nunca saltaré, porque tanto silencio nunca me ha gustado. 
Espero que te vaya bien, mientras yo me recuepero de mi proio tropiezo. Porque fui yo la que me engañé pensando que por fin te había encontrado. Y yo no puedo hacer que seas la persona que quiero que seas. Sé que volveré a engañarme, creyendo que por fin habré encontrado mi verdadera y única felicidad. Pero esta vez ya sin ti, ya no contra ti.




dilluns, 25 de març del 2013

Cuando la gente la mira, solo ven una chica un poco desvergonzada, morena y con ojos verdes. Creen que no hay nada más allá. No ven qué hay a través de sus ojos verdes, alegres. No se imaginan que esos ojos por dentro lloran. No ven qué hay detrás de esos labios color carmín, no ven que utiliza el pintalabios para esconder las grietas de su piel. No saben nada de ella. Y se comportan como si lo hiciesen con solo una palabra. Puta. Ella piensa que no debería darle importancia, que ellos no la conocen, pero no puede negar lo que es y lo que se ha construido con el paso del tiempo, de los años, de los minutos y los segundos. Aunque a veces le gustaría que le vieran con otros ojos, o que no la vieran, directamente. No, que la vieran, simplemente. Y es quenadie se pregunta qué hay detrás de las medias de rejilla rotas. Nadie se pregunta qué hay detrás de un vestido de satén negro. Nadie quiere saber qué le pasa, ni por qué llora cada lunes. Ni si sueña con vidas de princesas reales, con vidas de mujeres que pueden salir a la calle sin que la señalen con el dedo, que puede ir por ahí sin arrepentirse de lo que es. Que puede enfrentarse al mundo. Que no bajará las escaleras con el miedo a derrumbarse. Esa es ella. Una puta, sí, pero también tienen corazón. También son delicadas aunque se escondan tras un vestido de satén negro y pintalabios. 

"¿Para siempre?"

Lo que hubo antes solamente queda entre nosotros, pero puedo contar que se levantó de la cama y caminó hacia el baño, se lavó la cara y se colocó un poco de pelo. Hasta ese momento jamás había conocido en él un amago de peinarse. 
Mientras yo recordaba los dibujos que sus manos trazaron en mí, me había hecho reír y me había entusiasmado con todas sus promesas.
El sol cruzaba la ventana dasde hacía un rato y a mí me gustaba mirarle, bostezaba y se estiraba y luego se dirigió a la cocina. 
Escuché que preparaba café y zumo y con un nervio tendido a lo largo del pasillo me percaté de que volvía a "nuestra" habitación. 
Cerré los ojos y ahogué mi risa.
Dejó en el suelo una bandeja con café, una tostada y zuma. Ya lo había preparado más veces, sabía como me gustaba.
"¿Vas a quedarte así mucho más tiempo? Sé que estás despierta."
Cogió sus lápices y sus papeles, se tumbó a mi lago y yo me apoyé en su pecho, que me gustaba más que cualquier café. 
Yo miraba todos sus dibujos, y sucumbí a todas sus trampas y todos sus encantos, queriendo no separarme de él jamás. 

Vienes y te vas. Y así constantemente.

Aunque no era capaz de admitirlo, le echaba de menos. Extrañaba su voz, su risa, sus problemas, sus alegrías. Cuando me contaba por teléfono una cantidad de cosas que nunca supe por qué me interesaban, solo sabía que quería escucharle. Y sonaba aquella canción de "Se dejaba llevar por ti...". Bueno, no lo sé, quizás sonaba otra...
Después de unas cuantas noches sin dormir y unas cuantas cosas que me "ayudaron" a olvidarle, me crucé con él por la calle.
Me invitó a un café que yo acepté, no tenía nada más que perdre con él. Ya me había hecho perder los modales, el orgullo, el sentido común y el saber estar más de una vez. 
Allí estábamos, después de todo. Me contó cosas de mí misma que nisiquiera yo sabía. Cada mirada me acariciaba y cada palabra daba paso a un interrogante más afilado que todos los cuchillos de cien carniceros. 
Salimos de aquella cafetería y me acompañó hasta casa, de camino a la suya. 
- ¿Qué tal si para otro día invitas tú? -me dijo después de un larga silencio. 
- No he perdido las malas costumbres, tú pagas.
- Espero que, al menos, hayas perdido tu orgullo -me replicó con una de aquella enormes sonrisas que no recordaba, que no quería recordar.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que me dijo:
- Aún consigo dejarte sin palabras, ¿eh? Casi con la misma facilidad con la que tú me dejas sin dinero -se burló él- Llámame cuando quieras tú café. 
"Un sociólogo norteamericano dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, sencillamente quiero que se cumplan los míos."
Mario Benedetti

dissabte, 23 de març del 2013

He decidido hacerte esta carta porque mereces saber que nada es culpa tuya, que simplemente todo ha cambiado y no sé decirme porqué. Te adoro pero no, no puedo seguir contigo. Lo cierto es que te he mentido, y eso, no es lo peor. Lo peor es que llevo haciéndolo desde el primer día y lo ridículo es que también me he mentido a mí misma creyendo que por fin te había encontrado. 
Adoraba como pasabas de enfadado a enamorado en cuestión de segundos, me encantaba tu piel, y el olor a tu colonia cada vez que me abrazabas. Adoraba el modo en que decía "sí" a todas mis locuras. No podía vivir sin tus abrazos constantes, o sí podía pero no quería hacerlo. Me encantaba cuando et burlabas de mis tonterías y eso te hacía estallar en mil sonrisas. Disfrutaba sin hacer nada, matando el tiempo, paseando, besándonos. Adoraba tantas cosas de ti... En cambio ahora odios tus cambios repentinos de humor, detesto cuando te pones esa colonia y me tocas. Odios tu poca iniciativa y que digas sí a todo, me agobia que quieres estas siempre pegado a mí, y me enfurece que te burles de mis cosas y encima te rías. Me aburre estar sin hacer nada, perdiendo el tiempo.
Por eso no puedo seguir contigo, porque cometí ese error que comete todo el mundo de creer que eras quien yo quería que fueras, y así conocerte y decir que eras el chico de mi vida, de pensar que eras mi uno entre un millón, porque eran más mis ganas de encontrarte, que de estar contigo. Pero no has sido tú el único engañado, yo también me he creído que eras para siempre, que serías mi antes y mi después, lo que siempre había soñado. Sé que me volverá a pasar, me volveré a mentir y volverá a parecerme todo muy seguro. Me veo mintiéndome otra vez, equivocándome, pero ya no contigo, ya no contra ti.

Cabeza contra corazón. Un "olvídate de él, es imposible" contra un "tío, ¿cómo se puede querer a alguien tan fuerte?". Y es que, mírame, yo que podría ser tu reina, estoy más en ruinas que la mismísima Roma. Y mira que lo intento, es de no autodestruirme, pero es que cuando mi cabeza dice que no puede más, llegas con esa sonrisa y...
Me pierdes y ya no hay forma de encontrarme, y es que lo intento, pero eres como un huracán que llegas y arrasas conmigo, pero yo ya no soporto más eso de que vengas, ilusiones, te vayas y duelas. Decídete, o te vas o te quedas. Corazón dice que no resiste más dolor. 
Pero oye, no he querido llegar hasta aquí para poner nombres ni etiquetas a algo que ha nacido solo y a lo bestia, pero tendré que decirlo. Decírtelo. Aunque me delatará y me verás desnuda en sentimientos, pero algún día tendía que demostrarte que en realidad no soy tan cobarde y que soy capaz de mirarte a los ojos y decirte que me estás enamorando, y que esa, es la peor de todas mis catástrofes. 

dilluns, 11 de març del 2013

Como peces.

Siempre he querido ser un pez, porque dicen que ellos no tienen memoria y no pueden acordarse de nada. Y si no te acuerdas de nada, puedes levantarte cada día y vivirlo todo de nuevo, como si fuese la primera vez. La primera canción, el primer beso, la primera vez que le ves, la primera vez que te derrites cuando le haces el amor. Porque hay ciertos momentos mágicos en la vida que deberían transmitir siempre lo mismo, como cuando esa persona te toca y sientes que te estorba la piel. Que sales de ti, que tu alma pide a gritos salir volando. Esa sensación de plenitud infinita y eterna al hacer el amor con alguien. De sentir que ya no existes sin esa persona. 
Pero no somos peces, somos personas. Y sentimos, y herimos, y lloramos, y hacemos daño, y reímos, y lo pasamos mal, y queremos con todas nuestras fuerzas, y somos egoístas, y egocéntricos, y recordamos. Recordamos, sobretodo, recordamos las cosas que más daño nos hacen, porque somos así de masocas. 
Olvida lo negativo y enfócate en lo positivo. Lo que no sirve hoy, no creo que te sirva mañana. Los buenos momentos se convierten en buenos recuerdos, y los malos... en buenas lecciones. Los errores no se niegan, se asumen y las tristezas no se lloran, se superan. Y respecto al amor... en fin, el amor no se grita. Se demuestra.

divendres, 8 de març del 2013

Condenada a necesitarle

- ¿Por qué haces esto? -preguntó en sollozos su amiga, pasando una mano por el pelo castaño completamente despeinado. 
- Por nada, y también por todo. Este mundo me viene grande. Quiero empezar de nuevo en otro lugar, sin concerle, borrando todos los recuerdos de mi memoria que me atan a él. Y la única opción que me queda es esta. 
- ¿Es por él? ¡Maldita sea, es por él! ¿Qué diablos ha pasado ahora? -volvió a subir su tono de voz y la agitó varias veces para que la contestara. 
- Tranquilízate, por favor. Escucha, él no me ha hecho nada, ¿de acuerdo? Esto me lo he hecho yo sola, me lo he buscado. Me lo he buscado por enamorarme de la persona equivocada y por no ser valiente y apartarme de él. Me lo he buscado he buscado por creerme fuerte e invencible, pero no sabía que él me iba haciendo débil y frágil a cada momento. Que me iba desvaneciendo, pero no me di cuenta, o no quise verlo. Sus miradas, cada una de sus jodidas sonrisas... ¿Y sabes lo duro que es ir alejándote caada vez más de la realidad? No, no lo sabes. Porque nunca te ha tocado vivirlo. Y espero que no te toque nunca, poque duele, quema más que cualquier infierno. Quiero que imagines una película de dibujos animados, imagina que yo soy la protagonista y que estoy debatiendo conmigo misma entra salvarme o dejarme caer, y que para ello tengo a mi derecha un demonio y a mi izquierda un ángel...
- Estás completamente loca -dijo su amiga cortándola. Ella sonrió- Y qué... ¿qué te dice cada uno?
- El demonio me dice que me deje llevar, que si no lo he podido lograr antes, tampoco lo lograré ahora. Que él es mi principio y mi final, que si me voy le quitaré un peso de encima, que si me voy no me sentiré presa de todo lo que me rodea. Que seré libre. Y, maldita sea, es tan tentador...
- ¿Qué te dice el ángel?
- El ángel me dice que viva, que me salve, que me lo merezco. Que chicos hay millones y que él no es el único que me puede hacert feliz. Que Sergio también es un buen chico y que él me quiere tal y como soy, que es sincero conmigo y que me necesita tal y como yo necesito a Javi, y que si muero, estaré arrastrándole a él a la muerte tamién. Y no se lo merece. 
- ¿Y... qué quieres... hacer? 
- Hoy no voy a ser ni ángel ni demonio. Voy a ser yo. Y voy a quererle como nunca he podido hacerlo. Y si esta es la única forma para demostrárselo, que así sea. Joder, yo le quiero. Viva o muera, llore o ría, siempre voy a estar condenada a necesitarle. Y no se da cuenta de que quizás lo que ha buscado siempre ha estado aquí. Pero yo ya no puedo esperar más. Gracias. Gracias por ser tú y no otra persona quien me vea así. Pero por mucho que le odies, no le culpes. Porque ésto es culpa mía, culpa mía por enamorarme como una tonta. 

dimecres, 6 de març del 2013

Más caprichoso que el destino, que igual que te das las cosas, te las vuelve a quitar.

A ella le gustaba perderse entre sus sábanas azul marino y besarle todos los rincones de su cuerpo. A él, sencillamente, le gustaba dejarse llevar por ella. Le gustaba observarla mientras miraba por la ventana la luna. Eran una pareja muy peculiar, la gente hacía apuestas sobre el tiempo que durarían juntos, pero a ellos les daba igual. ¿En qué momento las opiniones de los de fuera, importan más que los que de verdad lo viven? Eran esa clase de gente que vivía su vida y dejaba vivir a los demás. Ninguno de los dos era perfecto para el otro, pero de algún modo, se complementaban. Ella solía encenderse un cigarrillo mientra se ponía su camiseta más vieja por la noche y el seguía mirándola embobado mientras lo hacía, todos los días. A ella le gustaba sumergirse entre las camisas y el pecho del chico, mordisquearle las mejillas y las orejas y decirle lo guapa que estaba sin ropa, vestido solo con sus caricias. Se sentía tan segura con él. A ella, le gustaba preparar una gran taza de café para dos. A él le gustaba quererla.
Y allí estaba ella, en la camilla del hospital, conectada a una máquina para poder respirar. 
- Dios santo, cariño... lo siento, de verdad que lo siento. Debía haber estado más atento a la carretera, joder. Todo es por mi culpa. Tenía que haberte hecho caso y no conducir,... quizás habría sido mejor ir en tren, en metro, o algo, pero no en el maldito coche. De verdad que lo siento... no sabes cómo me duele verte asi. Pero, ¿sabes una cosa? A pesar de estar rodeada de un montón de cables y máquinas, sigues siendo preciosa.
Estaba tan asustado... alzó la mano para acariciarla, pero no se atrevió, al verla ahí, tan débil, tan frágil. Pero, después pensó que no sabía con certeza cuántas veces más volvería a verla, así que decidió hacerlo. Pasó la palma de la mano por su mandíbula, ahora relajada. Y recordó lo que había sucedido. Solo iban a acercarse a casa de unos amigos, cuando a ella se le ocurrió hacerse fotos junto a él, mientras que éste conducía. Al principio todo fue divertido, pero todo sucedió muy rápido cuando el coche se salió de la carretera y se chocó bruscamente contra un árbol, haciéndolos rodar dentro del vehículo. El chico abrió los ojos, pero no vio a su novia en el asiento del copiloto. Salió a buscarla con las pocas fuerzas que tenía y la encontró unos metros  más alejada del coche. La cogió entre sus brazos y la gritó varias veces para que ella respondiera. Pero no reaccionó. Él mismo llamó a la ambulancia. 
- Hicimos lo que puedimos, pero lamentablemente ha sufrido un paro cardíaco. Está en coma. 
Fue la primera noticia que recibió aquella mañana. Las primeras palabras del que se convertiría en el peor día de su vida. Se sentó en la camilla cuando notó que sus piernas temblaban. No sabía si existia el alma, pero si de verdad tenía, acababan de rompérsela. 
- Amor... -esuchó que, entre tanto silencio, alguien se dirigía a él. Se giró rápidamente y la vio moviendo los brazos y tarareando alguna canción imposible de descifrar. El chico abrió los ojos y corrió hacia ella, pero antes de poder tocarla, todo se volvió negro. 
- ¡Traed las palas! ¡Está en parada!

dimarts, 26 de febrer del 2013

Hay algo peor que una despedida. Y es saber que nadie te echará de menos.

Se le clavó el dolor penetrante en el pecho. Se le llenó el cerebro de alcohol y el estómago comenzó a arderle. Tenía una botella de vodka negro en la mano izquierda y un par de pastillas de algún medicamento no recetado en la derecha. Le dio un trago al vodka y dejando las pastillas en el suelo, se secó el maquillaje corrido y las lágrimas con el brazo. Se encontraba sentada en su habitación, apoyada en uno de las esquinas de la cama, mirando la ventana, el pésimo paisaje que tenía delante, las nubes grises y tristes (casi tanto como ella) apoderándose del cielo y rugiendo enfadadas. Sentía que el corazón le bombeaba a doscientas pulsaciones por minuto, que el hígado estaba a punto de reventarle y que se le estaba quemando la tráquea. Se le rasgaba el esófago. No podía parar de llorar, estaba borracha y además destrozada, física y emocionalmente. Se le inundaban los ojos, el mundo y las pestañas. Volvió a agarrar las dos pastillas que segundos antes había depositado en el suelo y se tragó una, la otra la dejó ahí otra vez. Con la botella aún agarrada en la mano izquierda, se asomó a la ventana. Fuera llovía casi tan fuerte como en el interior de la chica.  Cuando abrió la ventana y se encontró con el exterior, se dio cuenta de que haberse limpiado el maquillaje no  había servido de nada, pues lo poco que había quedado había vuelto a manchar su rostro, extendiéndose por sus pálidas mejillas. La primera pastilla hizo que se sintiese algo aturdida. La lluvia le golpeaba la cara, los hombros, las manos, y las costuras de aquella sonrisa descosida. Se sentía como una de esas personas raras, fans de la lluvia, de la música alternativa y las películas francesas, como una de esas chicas que continuamente se sentían diferentes al resto de la gente. Pero le gustaba estar bajo ese manto de gotas de agua que caían del cielo. Volvió dentro, totalmente empapada y se tendió en el suelo. Cogió la otra pastilla, y ante el pensamiento de tener que esperar y sufrir la agonía de los efectos de aquellas pastillas y el vodka, decidió coger unas cuántas más. Media hora después, cerró los ojos y dejó de respirar. Ya era feliz. No había hecho ninguna carta de despedida, no tenía por qué hacerlo. Nadie iba a leerla. Ahora era libre del odio que sentía por todo lo que le hacía daño, aunque no tuviese el aliento para vivir su destino. 

divendres, 22 de febrer del 2013

Hablando de todo, hablemos claro.

"Se mira en el espejo sin gustarle lo que encuentra. Ella quiere hacer ver que es mucho más de lo que aparenta. Llena de inseguridad, perqueña miss dudas. Tiene tanto para dar... Se ha convertido en esclaba de lo que la gente piensa de ella. Prisionera en su cuerpo, bajo un infierno frío. Ahora deja de buscar defectos donde no los hay, que tu alma quiere hablar. Cierra los ojos y mira tu belleza interior. No tengas miedo de ser el tesoro que eres y escondes. Eres perfecta. Ahora vives desierta a todo lo que te rodea. Aprende a quererte por tu ser y no por tu apariencia. Que una báscula no es la que da felicidad. Vales más de lo que pesas en oro, tu alma es un jodido tesoro."

¿Por qué siempre soy yo la de la mala suerte? Estoy hasta las narices de que todo mi alrededor me diga que tengo que comer, que tengo que ponerme bien, que tengo que ser fuerte, que... ¡Callaros ya de una jodida vez! No tenéis ni idea. No lo entendéis, así que no finjáis que sí. No sabéis lo que es pasar por este infierno, no lo sabéis. Cada vez que me decís "puedes hacerlo" me hundís más. Volver a estar bien depende de mí y solo de mí. Por muchas veces que me soltéis comentarios estúpidos de "tienes que comer" no váis a conseguir que lo haga. No estoy bien, pero sinceramente, no me preocupa no estarlo. Es mi cuerpo, es mi vida, y soy yo. No os podríais imaginar lo mal que se pasa cuando estás rodeado que personas que comen incluso cuando no tienen hambre, que solo comen por comer. Y tú... tú observando y pensando "¿por qué diablos he tenido que ser yo?". Agradezco que os preocupéis por mí y que queráis verme bien, pero solo yo puedo conseguirlo. Y yo no puedo ser tan fuerte. No puedo llegar sobre mis espaldas la carga de tantas cosas. No puedo ver como la gente que me quiere lo pasa mal por mí. No puedo ver como os destruye la vida toda esta mierda casi tanto como a mí. Pero no veo el final del túnel. Estoy atascada en una puerta giratoria, como la de los hoteles. Y no se detiene. Y no me deja salir. Pero no lo olvidéis, la unica persona que puede poner el pie y parar esta puerta soy yo. 

Destinados.

Noto cómo se desvanece lo que quedaba de mi vida antes de la catástrofe. Noto cómo voy mudando de piel, como si fuese una serpiente, como si estuviese pasando por una metamorfosis inminente, como si cada una de las células de mi cuerpo se convirtiese en otra distinta. ¿Para bien? ¿Para mal? No lo sé. Solo sé que estoy empezando a ser alguien que nunca se identificó con el perfil de persona que busqué o intenté ser en el pasado. Noto que vuelo, que llego alto, sin alas; tan solo con el impulso del dulce engaño que es la felicidad. Creo que, gracias a ti, ya no camino por el mundo como un alma en pena sin razón ni sentido de ser o existir. ¿Sabes? Las estrellas te tienen envidia, porque no son capaces de brillar como tú lo haces. Y tampoco son dignas de ser llamadas infinitas. Nosotros sí. Porque ya no vivo de los sueños, donde siempre me refugié. Poruqe somos totalmente opuestos, pero, aunque suene pradójico, no existe la mentira sin la verdad. Ni el calor sin el frío. Ni la tristeza sin la felicidad. Ni el miedo sin la seguridad. Ni los cobardes sin los valientes. Ni el odio, sin el amor. Ni yo sin ti. 

Siempre pierde una parte.

Llega un momento en la vida de todos nostros en el que debemos tomar una decisión. Que seguramente, será una de las más difíciles a las que nos tengamos que enfrentar en la vida, y cuya más correcta solución sea, también, la más dolorosa. 
A veces ocurre que nos importa tanto una persona, que los pequeños problemas y discusiones parecen enormes decepciones. Lo más duro de todo esto es, que en la guerra y el amor, todo vale. Que hagamos lo que hagamos, hay alguien que siempre pierde. Normalmente, el que quiere más, el que más se ha entregado. Y eso es lo triste. Que la otra persona tiene la fuerza suficiente para seguir su camino cuando, casualmente, quien tuvo que tomar la decisión para que pudiese hacerlo, es el que más tendrá que pasar una larga temporada intentando reconstruir su corazón, echando de menos algo que él mismo dejó, y que sabe que ya es imposible retomar. 
Así es el amor. Sin realciones que duran para siempre. Con finales. Y con alguien que siempre continua amando. Chico deja chica, chica deja chico. Y el orgullo se los come a todos. Unos, porque les han dejado y no quieren mostrarse débiles. Otros, porque la sola idea de volver a fracasar o de que el miedo les consuma, les obliga a pensárselo dos veces.
Pero, al fin y al cabo, nos arriesgamos a que ocurran cosas así cuando estamos enamorados. Porque todo empieza con un "tengo miedo de quererte", que es equivalente a "tengo miedo a tener que olvidarte". 

dijous, 21 de febrer del 2013

Date cuenta ya, por favor.

Llegados a este punto, me he dado cuenta de que no soy suficiente buena para ti. No soy tan guapa ni tan lista como todas esas chicas. No soy tan madura, ni te veo todos los días. No voy al mismo instituto que tú, y tampoco vivo a cinco minutos de tu casa.  Siempre tendremos que hacer grandes esfuerzos para vernos, lo que no pasaría si vivieste a tu lado, como ellas. No comparto todas mis aficiones contigo, ni voy a verte a entrenar. No tengo un lugar secreto donde escaparnos cuando no puedas más, o dormir cuando vengamos de fiesta, o quizás sí lo tengo pero tú no estás. No tengo una gran sonrisa, ni siquiera tengo 16 años o una talla 100 de pecho. No tengo un coche ni tampoco mil amigos en Facebook. No soy sociable y no llevo extensiones, ni el pelo teñido. No me dejan salir con según qué gente ni llegar demasiado tarde de las fiestas, aunque en realidad después no se enteren de lo que termino haciendo. No tengo una casa enorme con jardines quilométricos. Tampoco me gusta la misma música que a ellas. No me gusta el sabor del tabaco, aunque a veces fume, ni me entusiasme emborracharme, aunque a veces lo haga. No tengo un historia pequeño de conquistas, pero no soy ninguna chica fácil. No tengo grandes aspiraciones o una forma revolucionaria de ver la vida. No estoy alegre todos los días y lloro todas las noches. No puedo decirte que no soy celosa, porque lo soy. No es fácil vivir conmigo, conocerme o soportarme. Generalmente, no soy agradable, y tampoco extrovertida. No me gustan mis cambios de humor, y tampoco es fácil aguantar mis caprichos. Realmente, no me gusta del todo como soy. A pesar de ello, de mi vulnerabilidad, de ser complicada, de no poder seguirte el ritmo, de parecer estúpida a veces y a pesar de ser demasiado infantil, te puedo prometer quererte hasta el fin del mundo. Y mucho, más que todas ellas juntas. Puedo cargarme sus ganas de quererte,  porque ninguna de ellas sabe qué es querer de verdad. Podrán besarte, pero un beso vacío no significa nada y al final cae en el olvido. Te quiero. Demasiado. Tanto, que hasta duele. Y, aunque ambos sabemos que no soy lo que necesitas, te juro que seguiré haciéndolo todo por ti, siempre. A pesar de mis cabreos y mis encierros en mi misma. Te aseguro que para nadie significas más que para mí, y lo que más temo ahora, es que nunca te des cuenta. 

dimecres, 20 de febrer del 2013

Tú verdad y la mía.

- ¿Podrás soportar haberme perdido por no haber sido capaz decir la verdad?
- ¿Y tú? ¿Podrás soportarlo tú?


Probablemente tenías razón, ¿pero de qué te sirve tenerla, si eso no nos hará más felices? Sí, probablemente no es como lo veo yo, pero la verdad es relativa. Todos nos dejamos llevar por impulsos, y si tú nunca te has impulsado por nada, quizás debas revisar tu corazón. 
Te revienta que me desviva por algo, pero si no vives por algo, morirás por nada. Y si me alejo de ti, no es porque quiera irme, sino porque un día prometí que me alejaría de todo lo que me hiciera mal, y disculpa si quiero cunplir la promesa. Llámalo huir, o llámalo supervivencia. Hasta entonces, cuídate, porque todos al fin y al cabo acabamos igual. 


Como siempre me pasa, no sé empezar las cosas, y tampoco me gusta acabarlas. 
Para qué  voy a mentir, a todos nos acabarán olvidando, y para eso no hace falta morir. Lo gracioso es que solo uso esa teoria cuando tengo el agua de la duchar tan caliente que arde sobre mi piel. Sí, yo tampoco aguanto este pesimismo cada día, pero si se me permite, últimamente se me repite ese sentimiento de querer resetear mi historial de vida. Y lo triste de todo es que a estas alturas del mundo, con gritar y apagar el móvil basta. Y sí, el olvido y perder la memoria es mi mayor miedo, pero a veces quisiera que nadie intentara recordarme ni quién soy ni qué debería hacer, porque todo lo que soy me recuerda siempre a ti. Y quema no ser nada para quien, para ti, lo es todo. Soy consciente de que el amor mata, pero, oye, de algo tendré que morir. 

dijous, 14 de febrer del 2013

Worse than hell.

Miro fijamente mi reflejo en el espejo, pero no aguanto más de unos segundos sonsteniendo la mirada a la chica que me mira desde esa superficie fría. Creo que se parece a mí. 
¿Por qué me estoy haciendo esto? Estoy perdiendo la cabeza por un pequeño error, dejarme llevar por las voces que hablan siempre de más nunca fue la solución, entonces... ¿porqué lo es ahora? Estuve a punto de dejar mi verdadero yo en un estante, avergonzada de cada centímetro de mi cuerpo. Descontenta con el mundo y, sobretodo, conmigo misma. Puedo ser fuerte, pero últimamente no encuentro ni fuerza ni ganas en mí. 
No pierdas la persona que eres en las voces de tu cabeza, que solo distorsionan tu mente de forma cruel y te hieren. El ver engaña, soñar es creer. ¿Relamente está bien no estar bien? Pero yo ya no sé diferenciar lo que estña bien de lo que está mal. A veces es difícil seguir a tu corazón. Llorar no significa perder, todos tenemos heridas. "Solo sé fiel a lo que eres", decían, ignorando todo el daño que hace esto. 
Cepillándme el pelo o recién salida de la ducha, ¿crees que me veo perfecta? Olvidé lo que tengo que hacer para encajar aquí. Y cuanto más lo intento, menos lo consigo. ¿Por qué todo dentro de mí me grita "no, no, no"? No soy capaz de creerme que "no hay nada malo es ser quien soy". Cuando ves cada día algo que no te gusta, te acostumbras a vivir con ello, pero eso no significa que deje de doler. No más egos, muestras falsas de cariño, solo vete y déjame sola porque ni tú ni tus "sé por lo que estás pasando" sabéis algo en realidad. 
Una vida verdadera, amor del bueno, buenas noches, con una sonrisa... esa (soy) era yo. Y es triste no volver a serlo.


dissabte, 9 de febrer del 2013

Que te vaya mal.

- Tú me importas, muchísimo. Y yo te quiero... a mi manera, y por eso no quiero hacerte daño. Solo sé que ahora mismo necesito espacio, no sé qué pasará después. Quizás con el tiempo... quién sabe, nadie lo sabe. Pero en este momento, necesito que me des ese espacio. 
- Está bien, si es lo que quieres lo haré. Te daré todo el espacio que necesites, pero no quiero que rompas conmigo.
- Tengo que irme...
- Por favor, espera. ¿No irás a dejarme así? ¿Qué tal si te quedas y hablamos un rato más...?
- No puedo, de verdad. 


Sé que es tarde, pero necesito decirlo. Me duele que no funcionase eso de quererte, y que todas las calles donde nos besamos dibujen recuerdos que tu mente va borrando. Me siento idiota de tanto creerte, pensando que me ibas a ser fiel. De días y noches queriéndo comérte y tú, a mis espaldas, quedando con ella. ¿Quién prometió para un "para siempre" y mintió? ¿Quién lo olvidó y me rompió por dentro? Y por más que te demostré y luché por lo nuestro no conseguí tu sonrisa, y lo siento. Solo pretendía saber que eras mío y que no querías otros besos. Sabes que te lo di todo y yo no sería capaz de hacerte daño. De noches de besos, de amor y tan solo de una  forma que la otra jamás podrá darte. 
Que débil, que frágil, que fácil dañarme. Que imbécil me haces sentir por querer buscarte. Por no valorarme y por darme cuenta tan tarde que nunca quisiste quedarte. Y me odio por todo lo que hice por ti, lo que prometí y lo que fui. ¿Lo que sentí no valía? Maldito el día que no pensé en mí. Tío, te odio. Te escribo lo tonta que he sido callando, luchando, sufriendo, pensando que era tu motivo y recibo tu adiós. Ya no hay más que decir. No quiero verte en mi vida, ¿te enteras? Sé que no vales la pena. Si voy a luchar será por alguien que me quiera y no juega conmigo, he perdido mi tiempo esas noches en vela dándotelo todo y tú nada. Ya vendrá otro que sí que valore mis besos y quiera quedarse a mi vera. Vete y no vuelvas jamás, busca otra perra que vaya detrás. Madura y aprende que el echo de estar con una persona significa amar. No te preocupó si lloraba o si estaba mal. No repitas que me quieres, se vio de verdad lo que sientes. Que suerte la mía de darme cuenta de lo poco que vales. Ojalá te vaya mal, y te den lo que tú a mí, verás lo que es sufrir. Y llores y grites, y nadie te abrace y no tengas nada que hacer. Te gire la cara, te ignore, te deje sin explicaciones, te olvide se vaya con otra, te sientas imbécil. Verás si es difícil salir otra vez. Nunca seremos amigos, lo juro. No voy a perdonarte el daño que hiciste. Para mí ya no existes, no voy a estar triste por alguien que no me supo valorar. Y deja de prometer cosas que nunca cumpliste, "eras diferente", dijiste. Otra mentira más. No pienso escribirte más, que te escriba la otra. ¡Qué tonta fui por confiar! 
A todo tío le gusta que le dediquen cosas, ¿no? Pues esto es lo que tú te mereces. Enhorabuena, tú lo conseguiste. Si estoy siendo dura... más duro fuiste tú, que lo sepas. 

PD: Te quiero... bien lejos. 


divendres, 8 de febrer del 2013

"Ríe y el mundo reirá contigo, llora y solo te mojarás la cara".

Hola, buenos días, tardes, noches o lo que sea ahora mismo. 
He venido a ayudarte, tal vez no soy lo que esperabas pero he venido a rescatarte. Voy a ser el narrador de una historia bonita, como la que te mereces. Voy a secar cada lágrima que nadie se molestó en sacer antes. Siento no haber aparecido antes, pero tenía la esperanza que alguien lo hiciera. He visto cómo lloras cuando cometes errores, o te sientes un error, pero estoy dispuesto a intentar arreglarlo y que no exista dolor en ti. Sé que te has equivocado buscando al hombre perfecto, pero yo no te fallaré aunque tengas defectos. La belleza no es loo que vemos por fuera, es lo que yo veo en ti cada vez que te tengo cerca. Perdóname por permanecer en silencio durante tanto tiempo, me engañé pensando que alguien más se daría cuenta e intentaría ayudarte. Todo esto te ha servido para darte cuenta que personas que tanto te prometían se han ido alejando cuando más hundida estabas. Entiendo que he llegado cuando más necesitabas a alguien que te diera fuerza, porque tú ya eres incapaz de encontrarlas por ti misma. Grítate que te quieres para que tu alma lo repita, yo no te cambiaría por nadie. Eres lo único que me mantiene a flote. 
Déjame ser la almohada que te escucha cuando estás triste. Déjame ser el guerrero que lucha por su princesa, quiero acompañarte en todos tus malos momentos. Sé que es difícil de creer, cuando siempre te has sentido sola, pero estoy aquí por ti, para verte sonreír. No te diré que eres la persona más maravillosa ni la más guapa del mundo, porque tampoco ibas a creérme, pero escúchame y entérate, no existe nadie más grande. Sé por todo lo que has pasado, y sé que es duro que nadie intente entenderte  o hacerte sentir mejor, pero la vida es como una montaña rusa, y la tuya se ha averiado en plena caída en picado. Pero como siempre pasa, subirás. Subirás tan alto que te entrará vértigo y te reirás de todos los que, estando mal, te abandonaron. No se trata de llegar a la cima, se trata de quién te ayuda a llegar a ella
Si tú me dejas, te voy a dar lo que nadie ha sabido darte. Voy a hacerte ver que eres única, que me haces feliz y que si nací, fue para hacerte sonreír. 

dimecres, 6 de febrer del 2013

'Maldito día en el que decidí arrancarte de mi corazón'.

Suelo decir a la gente que te he olvidado, que ya no es un constante "tú, tú y solo tú" en mi vida. He intentado creérmelo de todas las maneras posibles, pensando que si la gente era capaz de creérselo, yo también podria, pensando que un día me levantaría y dejaría de echarte de menos. He aprendido muchas cosas en este tiempo sin ti. Por ejemplo, que lo que una vez nos dice la razón, más tarde el corazón lo termina traicionando. He sido la principal víctima y espectadora de una luchas infernal entre mi conciencia y mis sentimientos, y sigue quemando por dentro, porque parece que la guerra no acaba nunca. He buscado, también, lo que jamás había visto con estos ojos. Buscando una respuesta a por qué siempre me acuerdo de tu voz cuando en realidad estoy intentando sacarte de mi cabeza. Y tu boca... tu boca es la peor tortura que existe, solo por pensar en que, por un momento, ya no los echaría de menos. Ahora veo lo equivocada que estaba. Sé que te dije mil tonterías, pero tampoco me arrepiento de haberlas dicho. A mí, lo que me llenaba era tu sonrisa. Y ha pasado bastante tiempo desde que me dirigiste la palabra por última vez. Te aseguro que me siento imbécil desde que te dije que no me importabas. También te dije que no te necesitaba. Quizás lo hice por orgullo, o tal vez lo sentí así en ese momento. O, quizás, solo quería hacerte ver que solo fuimos un error. Ojalá algún día tengas tiempo de explicarme como te sentiste tú tras nuestra última conversación. Hace mucho, cuando me sentía parte de ti, te dedicaba toda canción de amor que escuchaba. Hoy por hoy, todas esas canciones me siguen recordando a ti. Siempre ha sido algo que nos unió desde el principio. Te lo aseguro, nadie en todo el mundo tiene tus ojos. Tú y yo nunca llegamos a ser nada, pero siempre lo fuimos todo.
Me gustaría poder decirte que has cambiado, que ya no eres ese del que me enamoré un día de verano. Pero sé que la que realmente ha cambiado soy yo, que la que las pasará putas para olvidarte seré yo. Algunas veces sentía incluso miedo de que sintieras algo tan enorme como lo que siento yo por ti. Ya no soy la misma, y en parte eso es por ti. Recuerdo todo lo que me decías, me pasaba el día enganchada al móvil por ti. Y ahora ya no queda nada, solo recuerdos. 
Te extraño. 

dissabte, 2 de febrer del 2013

'Rota por ti'.

Claro que te dirá que está feliz por ti, que se alegra de que las cosas te vayan tan bien. Pero, mira su casa, fingiendo esa sonrisa tan radiante y tan llena. No guarda rencor hacia ti porque aunque no sea con ella, tú estás bien. Y, por eso, ella también lo está.
Mira sus ojos, míralos bien. 
Ella está rota por dentro. 



divendres, 1 de febrer del 2013

Mataría por oírte reír.

Me he dado cuenta de una cosa: tienes varias risas. En realidad, tienes cuatro. En primer lugar está tu risa tronchante, esa en la que te falta el aire para poder seguir riéndote aún más, y es tan contagiosa... aunque a veces también me irrita cuando te ríes de mí. En segundo lugar, está tu risa mágica. Esa que te sale cuando me llamas de madrugada, tras unos cuantos cubatas de más. Después, hay día que se te cruzan los cables y ahí es donde nace tu tercera risa, la misma que me hace reír aunque lleve un día de perros, y es que te sale sola. Empiezas a contarme cómo te ha ido el día y te ríes de cualquier chorrada, y nos reímos, y al final de esas carcajadas compartidas (la mejor música para mis oídos), suspiras y susurras "te echo de menos". 
Pero esas risas no tiene nada que hacer cuando te sale la que me dedicas cuando estás mal. Cuando tú estás tocando fondo y llego yo, desde el otro lado del teléfono y dejo caer alguna tontería de las mías, de esas que  no tienen pies ni cabeza. Y aquí llega, tu última risa, la más especial, mi risa. Esa que me mezcla sollozos y carcajadas, seguidos de un "eres tonta".
Y por esa risa, perdería lo que hiciera falta, porque es la risa que me dice "tú me salvas" y si consigo que al menos, por un instante, sonrías gracias a mí, me basta. 
Que no te quepa la mayor duda, por esa risa doy lo que haga falta. 

diumenge, 27 de gener del 2013

Sigues siendo mi paraíso, pero cada vez tengo menos ganas de volver a él.

"No ha dormido esta noche, pero no está cansada. No miró ningún espejo, pero se siente tan guapa". 

Hoy me he puesto un nuevo color en las pestañas. Y hoy me gusta mi sonrisa, ya no me siento una extraña. Y, ¿por qué no?, hoy también me permito el lujo de creer que alguien aún me quiere. Y ya no me preocupo por nada. Nadie puede hacerme daño si yo no se lo permito, y no estoy dispuesta a  hacerlo. Hoy rompo contigo, miedo. Porque estoy cansada de perderme cosas buenas por tu culpa. Ya no volveré a vivir refugiada en tu sombra. El mundo es mío. Mío. Y por ahora no tengo ganas de compartirlo con nadie. Llámame egoísta, solitaria o, como yo lo veo, previsora. Quiero que la persona que comparta el mundo conmigo, se haya ganado hacerlo. Hoy voy a sonreír, sin importarme todas esas personas que procuran que no lo haga. ¿Sabéis una cosa? Mis ojos se han cansado de ver la vida borrosa de tanto llanto. Señores, lo he logrado. A partir de hoy, me voy a querer como nadie ha sabido quererme. Voy a mirar para delante, que mirar hacia atrás ya me dolió bastante. Hoy me pongo tacones solo para que se oigan mis pasos. Y sé que a partir de ahora, mi vida no será nunca un fracaso. Hoy, mi vértigo y yo vamos a conquistar el maldito cielo, sin mirar lo alto que queda eso del suelo. El invierno seguirá siendo frío y largo, pero yo seré feliz. Que voy a reírme hasta de mí. Hoy voy a empezar a creer en mí
Y no me malinterprestes, sigo temblando cuando escucho tu nombre y todavía sonrío cuando veo que me hablas, pero hoy me he dado cuenta que no merece la pena necesitar tus abrazados, mientras se los estás dando a otra. Sé feliz, conmigo o sin mí. Porque yo pienso hacer lo mismo.