dilluns, 9 d’abril del 2012

Érase una vez, un mundo dónde la vida estaba al revés. Dónde los que hacian daño lloraban, y los que lloraban hacian daño. Dónde las princesas no estaban delgadas, y dónde las delgadas no eran las princesas. Dónde los bichos raros eran los dueños, y donde los dueños eran los bichos raros. Dónde la guerra era paz, y la paz no era guerra.
Érase una vez, un mundo dónde la realidad superaba a los cuentos. Dónde las pistolas no disparaban lágrimas, si no sonrisas. Dónde no reinaba el orgullo, si no la humildad. Dónde éramos todos iguales, son distinciones. Sin color, sin raza. Sin estatus social.
Érase una vez, un mundo dónde vivía una niña. Una niña de cabello castaño y largo. Bajita, no muy delgada. De piel blanca y sonrisa angelical. Érase una vez, una niña que cambió el mundo con sus escritos. Con un libro y un bolígrafo. Érase una vez, el mundo al revés. Dónde lo imposible era real.


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada