dijous, 19 d’abril del 2012

Ya solo queda pedirnos perdón por todo el daño que nos hemos hecho.

Siempre, siempre, he pensado que saldría bien. Que nunca me harías daño, y si lo hacías, no serías consciente de ello. Que nunca dejarías de necesitarme. Que estarías cerca de mí, recordando lo guapa que me veías siempre. Y que siempre, por encima de cualquier cosa o persona, me querrías. Como mínimo la mitad de lo que te quería yo. Hasta que pasó. Pasó eso de lo que siempre tube miedo. 
Dijiste adiós y decidiste que las cosas dejaran de ir bien. Todo empezaba a derrumbarse y con él, mi mundo. Te habías ido, y mi 'yo interior' contigo. Me quedé sin nada. Y entonces me di cuenta de algo que ojalá hubiera visto antes. 
Esas personas que eran como mis hermanas me dejaron sola cuando más las necesité. Cuando más bajo había caido y necesitaba a alguien que me ayudara a salir de esa pesadilla porque yo era incapaz de despertar de todo aquello sola. Esas personas, que llegaron a ser tanto en mí y ahora son menos que nada, me defraudaron. Me decepcionaron. Todo a mi alrededor se iba complicando. Ese siempre que me prometieron, se quedó por el camino del nunca jamás.
Y ojalá lo hubiera sabido antes, me hubiera ahorrado pasarlo tan mal por personas que no lo merecían. 
Hoy solo tengo que pedirles perdón por si algún día me he portado mal con ellas, y que aprendan que las amistades hay que cuidarlas. 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada